jueves, 28 de febrero de 2013

Boca de la Libertadores 2013

 
Boca ganó en Guayaquil. Para mi es como si hubiera ganado aquí, porque Boca siempre está cerca. Los refuerzos que trajo Bianchi esta vez caminaron y jugaron bien; el Chiqui Pérez metió un gol, igual que el Burrito Martínez; Ribair Rodríguez empezó a moverse mejor en el medio campo de Boca. Ese sector de la cancha que siempre jugó bien en Boca; es dura la tarea de los que juegan allí; así es Boca, sacrificio, trabajo y triunfos.

martes, 26 de febrero de 2013

"¡bien, m'hijo, bien!"



Don Benito del Valle Lezcano


Que lejos estoy de aquel 26 de febrero de 1988, cuando mi padre, Don Benito, Tito, el papá, mi viejo, partió de esta tierra para nunca más volver. Es mucho el tiempo que ha transcurrido desde aquel desgraciado día; sin embargo, cada día me parece que él está conmigo. Cuando estoy contento enseguida pienso en él y busco su figura como para compartir mi alegría, no la encuentro, por ese final que tiene la vida. Si algo me pone triste, como tantas veces me ocurre, lo llamo en silencio y sé que él acude en mi ayuda.

Me ha dado la vida, me ha enseñado a caminar, a hablar, a escribir, a saludar, "m'hijo, salude al señor", me  decía cuando nos encontrábamos con algún amigo suyo en la Avenida. Asi, me enseñó a dar la mano, a tratar de usted a los mayores, como yo lo trataba a él. Me ha llevado al dentista, ha venido a los actos de la escuela Próspero, ha sido de la Cooperadora de la escuela; me ha llevado a la Cooperativa; me ha llevado al cine Alberdi a ver Ben Hur.

Me ha llevado en sus viajes de trabajo en su vagón especial del tren, allí he aprendido a escribir a máquina, ha cocinado en la cocina a leña de su coche; recuerdo el día que estábamos en Pichanal y comimos papas fritas hechas por él. El tren marchaba hacia Formosa y nosotros dos íbamos en el último vagón, mirando la vía que iba quedando en el camino. 

Me ha contado chistes, cuentos, historias, leyendas, algunas tradicionales y otras de su propia imaginación; hemos caminado juntos por la calle Balcarce, cuando yo jugué de Mitre él gritaba "¡bien, m'hijo, bien!". Me ha enseñado a querer a toda mi familia como él la quiso, yo soy el continuador de su amor en esta tierra; muchas veces escuché decir de él "era un hombre que quería tanto a sus hijos..."

Me ha acompañado en la decisión de venir a vivir en Buenos Aires, él me ha ido  a despedir en el andén del ferrocarril Mitre en Tucumán. Treinta y un años hemos vivido juntos; con él, muchos años más en Tucumán que en Buenos Aires; por eso sé que mi alma sigue en Tafí Viejo; cuando yo hablo de la Avenida, de los tarcos, del cerro, de la estación, es para acercarlo más a mi.

Los años con él en Buenos Aires son como la vía del tren que veíamos juntos camino a Formosa, marcho y marcho hacia adelante y él es mi camino; sé que me hará llegar a las mejores estaciones; por ahora sólo le pido que me encamine hacia dos de ellas: la del hombre bueno como él ha sido y la del alma eterna como la que él me ha legado.

Está allá a lo lejos,

detrás de los cerros.

Está allá con su luz,

a la espera de mi recuerdo.



Si voy con usted,

vivo.

Si lo traigo conmigo

cada día, persigo.



Su altura, su sonrisa,

sus manos, su respeto.

En esta tierra de solos,

triste lo espero.



Me ha dejado el saber

querer, con amor.

Como un amigo me dijo

nadie quiere como él, a sus hijos.

 Julio San Martín
Buenos Aires, 26 de febrero de 2013

lunes, 25 de febrero de 2013

Mis regalos de cumpleaños - Felices 56





Poema 16

Cuando te estaba mirando

¿Por quién pudieron cambiarme?

Posa tu mano en la mía

y sonríe sin mirarme.



Sonríe de tu pensamiento

pues sólo quiero pensar

que de mí mismo está hecho

y que me lo quieres dar.



Luego, apriétame la mano

y vuelve la vista a mí.

¿Por quién pudieron cambiarme

cuando me miras así?
Fernando Pessoa, de su obra "90 poemas últimos"
Yo no soy yo
Yo no soy yo.
Soy este.
Que va a mi lado sin yo verlo,
que, a veces, voy a ver,
y que a veces olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo.
El que perdona, dulce, cuando odio.
El que pasa por donde no estoy;
El que quedará en pie cuando yo muera.
Juan Ramón Jiménez - Huelva 1881 - Puerto Rico 1958

lunes, 18 de febrero de 2013

Julio Chavez - Estrella de Mar de Oro 2013

 
El máximo premio que se da en Mar del Plata en la temporada de verano, el tradicional Estrella de Mar de Oro, ha sido obtenido esta vez por el gran actor Julio Chavez. Alta es mi admiración por este artista por sus descollantes actuaciones en el cine, en las películas "Un oso rojo" o "El custodio", las cuales veo cada vez que están en el aire.
 
Pero en esta oportunidad, quiero referirme a las palabras que mi ídolo dijo al recibir el esperado premio. Julio Chavez dijo lo siguiente:
 
"Cuando yo era muy niño, despertaba a mi madre cuando ella dormía, porque tenía miedo, mientras la veía durmiendo, de que no se acordara de mi. Entonces la llamaba y le decía Mamá!, Mamá!. Cuando ella me contestaba y me decía: si, Julio, yo me iba a la cama a dormir tranquilo porque veía que ella me recordaba. Yo perdí a mi madre hace dos meses y le agradezco profundamente que nunca me haya mirado del todo con aprobación, porque me dio la posibilidad de intentar encantar a otras miradas. Mamá, este premio es para vos"
 
Lejos del artista que es Chavez, estoy yo; sin embargo, tengo una similitud con él; yo también tenía miedo cuando era niño (aún no lo he perdido del todo) y miraba a mi mamá mientras ella dormía; siempre muy atento a que me viera cuando se despertara.

El gesto de los jugadores de Deportivo Morón

Yo lo leí así, o lo entendí así, tal vez lo escuché o quizás lo imaginé así; pero me gusta esta historia de un gesto colectivo. Se trata de lo que pasó en el partido de la Primera B entre Deportivo Morón y Defensores de Belgrano. Este último está muy comprometido con el descenso y eso hace que los nervios jueguen, además del partido de la fecha, un partido propio contra la razón.
 
Deportivo Morón estaba ganando 3 a 0. Un hincha de Defensores de Belgrano, el Defe, o el Dragón, como le dice un amigo que suele ir a verlo (aunque no creo que lo siga haciendo hoy, seguramente por el entusiasmo que le está creando el nuevo equipo de Ramón), entró al campo de juego, luego de treparse por el alambrado y fue directamente a agredir a los jugadores de su equipo. Empezó su reparto de golpes pegándole a uno de ellos.
 
Nahuel Fioretto, un jugador que viene pasando por distintos clubes desde que se fue de Boca Juniors, se caracteriza, entre otros talentos, por su temperamento. Sin lentitud, enfrentó al agresor y le dió algunas piñas, también recibió algunas. Ambos "peleadores" fueron reducidos por los demás jugadores, y la cosa se calmó. Al reanudarse el cotejo, el árbitro expulsó a Fioretto.
 
El partido siguió con alto nivel de nervios, con una onda expansiva igual a la del meteorito que cayó en Rusia. Y aquí viene el hecho que me gusta de esta triste noticia: los jugadores de Morón decidieron no atacar más. De esa forma protegieron a sus colegas.
 
Todo lo lindo del fútbol tiene muchos ejemplos, éste que relato hoy, es uno de ellos. 

miércoles, 6 de febrero de 2013

El pinchazo en el corazón


Velo, Egipto y Danae

El rey Velo tuvo dos hijos, Egipto y Dánae. Durante mucho tiempo los hermanos no se llevaron bien. Vivieron en luchas continuas entre ellos y con todos los que a ellos se relacionaron.
Lucharon desde la infancia por ganarse la preferencia del padre o por demostrar mayor poder para acercarse al trono. Velo los quiso por igual tratando siempre de unir a su familia, pero las ambiciones y los deseos de sus hijos abrieron otros caminos de intereses individuales.
Egipto y Dánae hicieron sus familias harto numerosas ya que cada uno tuvo cincuenta hijos. Egipto tuvo cincuenta varones (porque buscaba la nena) y Dánae tuvo cincuenta mujeres (porque buscaba el varón).
Al morir Velo, la lucha entre los hermanos tuvo un nuevo norte: el reinado. Inútiles fueron los esfuerzos de entendimiento que propiciaba Egipto. Dánae era implacable en sus aspiraciones hasta que recibió de su hermano una última oferta de arreglo.
Egipto ofreció casar a sus cincuenta hijos con las cincuenta hijas de Dánae. Este, al cabo de un tiempo accedió. Entonces todo empezó a cambiar ya que se hicieron reuniones para formar las parejas, buscar el discjockey, el salón, ubicar todos en el living del amor.  Pero no fue una tarea fácil, algunas parejas se formaron de acuerdo al parecido de sus nombres: Esténele se casaría con Esténelo, Clite con Clito y así hasta que hubo que decidir por sorteo.
Llegó el día del gran casamiento pero Dánae no pudo resistir a su codicia de ser único en el poder y ordenó a cada una de sus hijas matar a su marido en la noche de bodas. Para ello entregó a cada una un filoso y largo alfiler, para que lo escondieran en su pelo y aplicaran a su respectivo candidato un pinchazo en el corazón.
Para la tristeza de la modernidad, casi todas las niñas obedecieron a su padre y mataron al inocente que estaba a su lado, excepto Hipermestra, que no aguijoneó a Lajos (habían resultado electos por sorteo) y lo hizo huir.
La justicia castigó a todas las niñas incluida Hipermestra, pero el castigo más grande les vino después de su muerte, en el infierno. Esa fue la condena más cruel ya que tienen que llenar con agua, aún hoy, un cántaro con agujeros. Son las Danaides.
En la vida actual esta leyenda se dedica a todos aquellos que llenan un cántaro agujereado y a los que, alguna vez, recibieron un pinchazo en el corazón.