lunes, 31 de marzo de 2014

"Algún día encontraré una palabra..."








Algún día encontraré una palabra
que penetre en tu vientre y lo fecunde,
que se pare en tu seno
como una mano abierta y cerrada al mismo tiempo.

Hallaré una palabra
que detenga tu cuerpo y lo dé vuelta,
que contenga tu cuerpo
y abra tus ojos como un dios sin nubes
y te usa tu saliva
y te doble las piernas.
Tú tal vez no la escuches
o tal vez no la comprendas.
No será necesario.
Irá por tu interior como una rueda
recorriéndote al fin de punta a punta,
mujer mía y no mía,
y no se detendrá ni cuando mueras.

Roberto Juarroz - Poesía vertical - 1958


Roberto Juarroz (Cnel. Dorrego 1925 - Temperley 31/03/1995)

sábado, 29 de marzo de 2014

Blow-Up (Deseo de una mañana de verano), Antonioni 1966



Blow-Up, Antonioni 1966. Es una película cuya historia está basada en un cuento de Cortázar "Las babas del diablo". El personaje principal muestra la vida de un fotógrafo real: Sergio Larraín. Sobre el género, se puede decir que es una película de autor;  muestra el origen de los cambios ocurridos en la sociedad desde 1966 y está situada en Londres; la fotografía es el eje principal de la historia, capta la realidad como siempre lo hace, pero en este caso como Antonioni lo pensó, no muestra toda la realidad. 

La película está narrada por el director y tiene una característica circular, porque las escenas del comienzo y del final se parecen. El filme habla de la realidad y la muestra a través del trabajo de un fotógrafo, quien está armando un libro con sus fotografías y quiere para el final de su obra tomar fotos en un solitario parque; allí se encuentra con otra realidad, la capta con su cámara, pero no la puede sostener. Podemos decir que esta película narra la existencia de realidades paralelas. 

Excelentes trabajos de Vanessa Redgrave, belleza de mujer de su época y de un brillante David Hemmings, como así también Sara Miles. Dirigida por Michelangelo Antonioni, fue estrenada el 18 de diciembre de 1966.

Calificación: 10 avenidas.

jueves, 27 de marzo de 2014

Miguel Antonio Viladrich Vila


Miguel Antonio Viladrich Vila - España (Lérida) 1887 . Buenos Aires 1956.
Pintor y escultor autodidacto.
Concurrió en 1913 al Salón de los Independientes de París.
Efectuó diversas muestras individuales en Madrid (1909), Barcelona (1935) y en Buenos Aires a partir de 1919, entre otras.
Desde 1919 a 1926 residió en Buenos Aires y se especializó en el retrato y la pintura de tipos autóctonos.
En 1967 se realizó en los salones del Touring Club de Buenos Aires una exposición retrospectiva de este artista.

Iglesia de Santa Ana en Glew


La iglesia de Santa Ana en Glew. En 1950 Raúl Soldi conoció el pueblo y se enamoró de él a primera por sus calles mansas y tranquilas. Quiso, de inmediato, cambiar los santos de palo que tenía la capilla por murales que él mismo pintaría; y a sí lo hizo comenzando en 1953; el trabajo le llevó veintitrés veranos. Este es mi homenaje a este eximio pintor argentino nacido en 1905 en Buenos Aires.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Captain Phillips (El Capitán Phillips)






Captain Phillips es una película biográfica dirigida por Paul Greengrass y protagonizada por Tom Hanks. Está basada en el libro A captain's duty, escrito por Stephan Talty y por el capitán Richard Phillips, quien fue tomado como rehén por piratas somalíes mientras dirigía el buque de carga MV Maersk Alabama por el océano Índico, tras fracasar los piratas en su secuestro del buque en el 2009.


Calificación: 10 avenidas.

The bridges of Madison county (Los puentes de Madison)


Francesca vive en el solitario condado de Madison con la única misión de cuidar a sus hijos. Sin embargo, la llegada de un fotógrafo del National Geographic alterará sus planes y le hará abrir los ojos: se ha dejado llevar por la rutina y ha desperdiciado muchos años de su vida. Quizá aún esté a tiempo de recuperarlos.

El fotógrafo que Francesca conoce se llama Robert Kincaid. Viven un apasionado romance de cuatro días. En un momento, él le dice:


"Sólo lo diré una vez, no lo había dicho nunca antes, pero esta clase de certeza se presenta sólo una vez en la vida".




Calificación: 10 avenidas.

lunes, 24 de marzo de 2014

Song of myself

De JORGE LUIS BORGES a WALT WHITMAN:
POR QUÉ BORGES SÍ ESCRIBE EL IMPLÍCITO ‘YO’
Ruth Levy
Universidad de Guadalajara
Julio de 1998
Cuando leemos un prólogo escrito por el traductor del texto, en el caso de ser poesía, la mayoría de las veces encontramos una ‘justificación’ por el ‘atrevimiento’ ante el autor y para el lector. En el prólogo a Hojas de hierba de Walt Whitman (1819-1892), Jorge Luis Borges no se justifica, sólo destaca su traducción de otras: "Mientras tanto, no entreveo otra posibilidad que la de una versión como la mía, que oscila entre la interpretación personal y el rigor resignado" (Borges, 1991: p. 11).
Para fundamentar mi afirmación, en el título de este breve trabajo, me basaré en la primera estrofa de tres versos del texto original: "Song of myself" de Walt Whitman, incluido en el citado libro Hojas de hierba; (Whitman, 1991: p. 20) y en las traducciones de Armando Vasseur (Vassseur, 1997: p. 89), León Felipe (Felipe, 1997: p. 25), y Jorge Luis Borges (Borges, 1991: p. 21).
Desde la traducción del título "Song of myself" empezamos a notar las diferencias entre los tres porque el sustantivo Song no lleva el artículo y la preposición of significa ‘de’. Vasseur lo traduce como "Del canto de mí mismo"; si con arbitrio él selecciona estrofas, debería ser "De Canto a mí mismo"; pero él agrega el sustantivo contracto.
León Felipe sí respeta la omisión del artículo, mas otorga a la preposición of un sentido de dirección y no el de pertenencia: "Canto a mí mismo"; quizás porque of también significa ‘para’ si hablamos de la hora: twenty of five; y ‘para’ en español puede implicar pertenencia; pero, en otros contextos. Como él lo traduce parece que Whitman se canta a sí mismo; cuando lo que leemos, en realidad, es un canto que brota de él para los demás.

Borges sí prescinde del artículo y traduce la preposición en su sentido fiel: "Canto de mí mismo".
SONG OF MYSELF
I celebrate myself, and sing myself,
And what I assume you shall assume,
For every atom belonging to me as good belongs to you.




DEL CANTO DE MÍ MISMO
Me celebro y me canto,
Lo que me atribuyo también quiero que os lo atribuyáis,
Pues cada átomo mío también puede ser de vosotros, y lo
será.
(Traducción de Armando Vasseur)

CANTO A MÍ MISMO
Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
(Traducción de León Felipe)

CANTO DE MÍ MISMO
Yo me celebro y yo me canto,
Y todo cuanto es mío también es tuyo,
Porque no hay un átomo de mi cuerpo que no te pertenezca.
(Traducción de Jorge Luis Borges)

Sabemos que en el idioma inglés no se debe omitir el pronombre personal en la conjugación de los verbos; también, que los poetas recurren a la omisión ya sea a causa de la métrica, o de su propio estilo, o de la estética. Asimismo sabemos que, en el idioma español, podemos prescindir de mencionar cualquier pronombre personal, en la conjugación de los verbos, sin incurrir en el error gramatical; los utilizamos para reforzar, personalizar, identificar la tercera persona, o diferenciar, en algunos tiempos, a personas que se puedan confundir por la conjugación idéntica.
En el primer verso de la primera estrofa Whitman debió escribir dos veces el pronombre I, no lo hace; y me aventuraré a tratar de mostrar que no fue por alguna de las causas que mencioné en el párrafo anterior; así como señalar por qué en el segundo verso sí escribe el pronombre; y cómo fue traducido.
El poema es un canto de su alma para su hermano/ser humano, desea homenajearlo, amonestarlo, que éste aprenda de él; para ello debe ejemplificar, transcribir vivencias, ser soberbiamente justo consigo, ¡hablar tanto de sí mismo! Escribirá el pronombre de la primera persona cientos de veces; entonces, por modestia, no lo menciona en la primera palabra, en el primer verso de su obra con los verbos: ‘celebrar y cantar’; palabras festivas en su forma activa, ya convertidas en tan intimistas en su forma reflexiva por el pronombre myself.
En el tercer verbo: to assume, cuando Whitman podría haberse tomado la licencia de excluir el pronombre, sí lo escribe porque conoce, sabe lo que lleva en sí como "poeta de la democracia", porque asume su ofrecimiento al lector y la obligación de éste de asumir, en el futuro, cada una de las experiencias transcritas.
En el primer verso, Vasseur y León Felipe acatan la omisión de Whitman en cuanto al pronombre; hacen reflexivo los verbos ‘celebrar y cantar’ con base en la función del pronombre myself, puesto que el ‘me’ en español implica ya ‘mí mismo’; la diferencia con León Felipe es que redunda el pronombre reflexivo.
Con el tercer verbo, Vasseur se vale de la licencia de no mencionar el pronombre en español; León Felipe sí lo señala. En cuanto a cómo traducen el verbo to assume, el auxiliar shall, y el tercer verso, ya sería un análisis aparte.
En el primer verso, Borges no acepta la supresión; también hace reflexivos los verbos y, aunque ya podría ser redundante ‘yo me’, él sí incorpora el pronombre en ambos verbos. En el tercer verbo evade la utilización del pronombre al usar el verbo ‘ser’ con el sentido de posesión, y en tercera persona.
Borges nos previno en el prólogo en cuanto a que su traducción oscilaría entre la interpretación personal y el rigor resignado. Desde su grande altura como poeta, con el conocimiento que tenía de Whitman y de su obra, reconoció la modestia de ‘su maestro’ en la omisión del ‘yo’ en la primera palabra de su canto; Borges no quiso omitir el implícito ‘yo’.
Si Whitman lo utilizaría ya cientos de veces en el poema, igual Borges podía prescindir de escribirlos por la conjugación explícita del español. En el idioma inglés ‘yo’ siempre se escribe con mayúscula; en español, solamente cuando es inicio de oración; entonces así lo elogia, así validó Borges, también gramaticalmente, la ‘traición’ a la mención de una palabra que Whitman no había escrito. Borges se otorgó el derecho de empezar su traducción con un justo, merecido ‘yo’.
BIBLIOGRAFÍA
- WHITMAN, Walt. Hojas de hierba. Edición bilingüe. Traducción y prólogo de Jorge
Luis Borges. Barcelona, Editorial Lumen, 1991.
- WHITMAN, Walt. Hojas de hierba. Traducción de Armando Vasseur. México,
Distribuciones Fontamara, 7ª edición, 1997.
- WHITMAN, Walt. Canto a mí mismo. Traducción de León Felipe. México,
Editorial Océano, 1997.

Tía Dora

Mi tía Dora se ha ido hoy al cielo a reunirse con mi tío Juan. A mis primos César, Antonio y Teresita les mando un abrazo y los acompaño en su sentimiento. Así como mis tías Cleofé y Luisa, la tía Dora ha formado parte de mi infancia y recuerdo siempre que ella preparaba mate cocido para mi porque yo no tomaba chocolate en los cumpleaños. Que Dios la tenga en su gloria.

jueves, 20 de marzo de 2014

Día internacional de la felicidad

ODA AL DÍA FELIZ
ESTA vez dejadme
ser feliz,
nada ha pasado a nadie,
no estoy en parte alguna,
sucede solamente
que soy feliz
por los cuatro costados
del corazón, andando,
durmiendo o escribiendo.
Qué voy a hacerle, soy
feliz.
Soy más innumerable
que el pasto
en las praderas,
siento la piel como un árbol rugoso
y el agua abajo,
los pájaros arriba,
el mar como un anillo
en mi cintura,
hecha de pan y piedra la tierra
el aire canta como una guitarra.
Tú a mi lado en la arena
eres arena,
tú cantas y eres canto,
el mundo
es hoy mi alma,
canto y arena,
el mundo
es hoy tu boca,
dejadme
en tu boca y en la arena
ser feliz,
ser feliz porque si, porque respiro
y porque tú respiras,
ser feliz porque toco
tu rodilla
y es como si tocara
la piel azul del cielo
y su frescura.
Hoy dejadme
a mí solo
ser feliz,
con todos o sin todos,
ser feliz
con el pasto
y la arena,
ser feliz
con el aire y la tierra,
ser feliz,
contigo, con tu boca,
ser feliz.
(Pablo Neruda - Oda al día feliz)

miércoles, 19 de marzo de 2014

Esfuerzo y prosperidad

"Mucho esfuerzo, mucha prosperidad."
Eurípides

Yo me esfuerzo,
actúo con arrojo,
y me atrevo en mi vida.
Así, he logrado
la mejor prosperidad;
porque el hecho de ver
las mañanas desde
el comienzo,
sentir el perfume
de alguna flor,
transcurrir el día
con el devenir que sea,
ver caer la tarde,
soñar por las noches
y volver a despertar,
es el más elocuente
signo
de la mejor holgura.

Julio J. B. Lezcano - Bs. As. 19/03/2014

lunes, 17 de marzo de 2014

Riquelme mima a un hincha




La mente de Juan Román Riquelme es tan rápida dentro de un campo de juego que nadie puede intuir la jugada que hará, el pase que dará, el cambio de frente que puede hacer, el pique al vacío que puede meter, etc., etc, en términos de fútbol. Pero el domingo, en el partido ante Argentinos Juniors, el 10 de Boca demostró que tampoco se puede vislumbrar el acto de ternura que Román puede hacer justo cuando va a tirar un corner, nada más y nada menos, en el arco que da a la Doce.

En medio de la efervescencia del partido, Román fue a patear un tiro de esquina y vio que agarrado del alambrado, en primera fila, había un chico mirándolo, con la camiseta de Boca latiendo en su pecho. Riquelme lo vio y le acarició la mano al chico. Éste lo miró sorprendido. Román le tocó los dedos, le hizo una caricia y y volvió a lo suyo para patear.

Esa rapidez mental del mejor jugador de Boca, y del mundo para mi, no fue captada por ningún fotógrafo. Sólo las cámaras de televisión tomaron el momento y hoy se han viralizado en las redes sociales y diarios del mundo. Hasta a los fotógrafos les ganó Román en rapidez; pero no sólo eso, además, a todos los que dicen que ya no es el de antes; "que en velocidad ya no complica", como dijera el Bichi Borghi, que vive en Chile pero dirige en La Paternal; a los que dicen que él es el problema del vestuario de Boca; a los que piden que se vaya.

Por mi, quédate para siempre Román; en Boca, en la cancha, en el juego, en el césped, en el corazón de los hinchas de Boca y, ahora también, en el alambrado de la cancha, de la mano de un niño.

Aguante Román, el mejor, siempre. 





http://www.clarin.com/deportes/Riquelme-mima-hincha_3_1102719737.html

lunes, 10 de marzo de 2014

La belleza es "K"

La noticia periodística, Clarín 10/04/2014, en un artículo de Federico Brusotti, dice que la reina de la Fiesta Nacional de la Vendimia, Sofía Haudet, es militante K en la agrupación La Guemes de Guaymallén Mendoza, lo cual puso en duda la elección en la que se impuso por un amplio margen a María Agustina Cano, representante de Tupungato.
Dice también que el mensaje que esa agrupación, a través de Facebook, mandó lo siguiente: "Felicitaciones compañera! Es un orgullo para todos tus compañeros! Sabemos de tus convicciones, tu amor hacia los otros, el compromiso por tu provincia y tu militancia! Te saludamos con un fuerte abrazo ! Mujer hermosa es la que lucha , vos sos hermosa !!!” 
Ahora digo yo, siendo que esa fiesta, a la cual nunca asistí, pero que siempre quise ir, es tan importante y despliega tanto orgullo mendocino hacia cualquier punto del país, ¿es necesario que deba aplicar el viejo y conocido sistema de "palanca" para ganar?
Me pregunto, ¿puede medirse la belleza a través de la militancia de una concursante?; ¿es más linda Sofía porque lleva las banderas del gobierno de turno?; si es así, que pena me da.
El poeta Pablo Neruda en su obra Los Versos del Capitán, escribió el poema La Reina, que debería recitarse en cada concurso de belleza cuando se elige a la más linda; y decirle, por ejemplo,   
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas.
Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas.
Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce.
Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo
que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.

Y cuando asomas
suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas,
y un himno llena el mundo.

Sólo tú y Yo,
sólo tú y yo, amor mío,
lo escuchamos.
 Se ha perdido un linda oportunidad para unir la poesía y la belleza; otra vez, el favoritismo y el oportunismo han dejado sin chance a la elección pura y a la libertad de un concurso.

sábado, 8 de marzo de 2014

Atardecer en Mardel

Tarde de marzo de 2014 frente al Hotel Sasso. 

Lindos colores en la tarde frente al mar; no es una tarde divina de octubre, como dijo Alfonsina, pero me hubiera gustado pasear por la orilla lejana del mar... por ahora estoy en esta orilla y me siento bien.

Día de los hermanos

Mi familia en mi casa; mi mamá, mi esposa María, mi hermana Alicia, mi hermano Ricardo, mi sobrino José Carlos, mi sobrina Dani, mi tía Julia y mi prima Cecilia; mi amigo Don Roberto

Lindas sonrisas, las flores de la casa.

Mis hermanos del Templo del Fútbol

Alegría en Boca, volvió Román


La segunda foto empezando de arriba la tomé yo. Es una obra de arte; está tomada desde la tribuna baja sur; fue en el partido contra Olimpo; donde volvió a jugar Juan Román Riquelme de titular. ¿Qué más se le puede pedir al fútbol?; nada. Con Román en la cancha y el carnaval en la popular está todo. Esto es vida, amigos. Aguante Boca, lo más grande que hay. Aguante Román, el mejor de todos.

El eterno amor y la espera eterna


6 de marzo, aniversario del nacimiento de Gabriel García Marquez. Su lugar de nacimiento ha sido Aracataca, en Colombia; recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982. 

Florentino Ariza es uno de los personajes creados por Gabriel García Márquez para protagonizar su novela, El amor en tiempos del cólera, publicada por primera vez en 1985.

De joven, Ariza se enamora de Fermina Daza, con quien tras mucho empeño, comienza una relación que es desaprobada por los padres de ella. El romance termina ahí, pese a la promesa de amor eterno que le hace Ariza a Fermina.

Con el tiempo Fermina se casa con el doctor Juvenal Urbino, con quien mantiene el matrimonio durante más de cincuenta años, momento en que él muere en un accidente. Ariza, que ha esperado siempre a Fermina, vuelve a conquistarla.

Qué rico mi guisito!






A eso de las 9 de la mañana, ella se iba para el mercado y él se quedaba tomando el mate cocido en la mesa de la cocina. Se escuchaba la escoba de Doña Marta al barrer el patio de su casa. También el canto de los pájaros en la planta de nísperos o de limón del fondo de la casa; atrás las gallinas cacareaban y él las miraba por la ventana.
Hacía un ejercicio de vista, una especie de prolongación de la mirada desde el ras del gallinero y subía lentamente mirando cómo el cerro azul, a la distancia, empezaba a tomar altura y se elevaba imponente hasta alcanzar las nubes blancas en el cielo, como había dicho Yeats. 
-          Espérame en el caminito a eso de las 10 y media, le dijo la mamá.
-          Bueno, dijo el niño.
Ya sobre la hora pactada, el chico salía de su casa por el portón del pasillo; saludaba a Don Carmelo que estaba apoyado en la verja. Caminaba por la vereda de Don Rearte, Yunín, Mario López, la Lola y la Dora, veía el veredón de Carlitos y cruzaba en diagonal hasta la vereda de Don Ruperto.
Seguía por ahí hasta la Rivadavia y cruzaba la calle, antes de llegar a la esquina de la Chacabuco, estaba el caminito, éste era un pequeño sendero entre la tela de la casa vecina y los yuyos altos; era de tierra seca polvorienta con límites de pasto a los costados. La habilidad de caminar por ese caminito sin ensuciarse mucho las zapatillas era ir pisando el pasto de los costados, se daban pasos abiertos y largos; el chico tenía esa agilidad para ganar metros casi a los saltos.
Al final del caminito, ya en la calle Centenario, la mamá venía con una bolsa en cada mano; ella lo veía y se quedaba parada esperándolo. El chico llegaba con sus pasos gigantes y le agarraba una bolsa; esa no, decía ella, tomá esta que no es pesada. Vamos por la calle, decía ella y caminaban por la Centenario hasta la Balcarce y desde allí hasta la casa.
Dejaban todo en la mesa de la cocina y la mamá decía: vaya mijo y compre fideos en Doña Audelina; ¿de cuáles?, preguntaba él. Entrefinos, decía ella.
Al mediodía, el chico ya había preparado el portafolio para ir a la escuela, la mesa estaba servida, ya estaba Ramón sentado esperando y la mamá servía la comida: era un guiso de fideos entrefinos con ensalada de lechuga y tomate. Comían los tres, hablaban, contaban cosas y se reían.
Hace pocos días, mi mamá me invitó a cenar a su casa y el menú era el mismo guiso de mi niñez, con la misma ensalada, con el mismo color de la vida de aquel entonces, con el mismo sabor del universo maravilloso del reencuentro de la nostalgia y la realidad, con el mismo bienestar de la compañía, con algunas pequeñas diferencias de la vida que limita a los hombres y que hacen que el número de comensales no sea el mismo, con igual encanto de emoción y respeto.

Ahora soy el hombre sin mate cocido, sin gallinero, sin cerros azules, sin caminito y sin bolsas del mercado, pero con el mismo guiso de fideos entrefinos que hacen las manos de la mamá, como ningunas otras lo harían. Eso es la unicidad de la vida, el determinismo del hoy; el amor por lo que uno tuvo y que, sobre todas las cosas, siempre tendrá.