A horas de que finalices ya te
digo adiós, 2017. Quiero que quede atrás
mi experiencia del paso por los quirófanos por cuyas camillas desfilé en tres
oportunidades: marzo, mayo y septiembre. Gracias al Altísimo todo eso ha
quedado atrás y ahora voy hacia adelante solo con los recuerdos de los dolores que
tuve y de los medicamentos que tomé. También dejo atrás el hecho del despido
que me ha infundido la empresa para la cual trabajé durante trece años.
Esos dos componentes de mi vida
que son el trabajo y la salud me han tenido a los botes en este año. Pero ya
han pasado y me dispongo a buscar otros hechos oportunos para los cuales esas
situaciones de crisis me han preparado.
Recibo con sumo entusiasmo el año
nuevo porque es el comienzo de una nueva dinámica. Con seguridad, sabré desarrollarme
sobre el año nuevo con mesura, frugalidad y templanza.
Feliz año nuevo, amigos. Que el
2018 les traiga alegría cada día.