Ahí pensaste que una parte tuya
se quedaba en Tucumán…
Ahí pensaste
Que una parte tuya
Se quedaba en Tucumán.
Cuando,
En los primeros días de 1979,
Entraste en la estación
Del Mitre con ella
Y con tu padre.
Caminaron los tres
Ansiosos por el andén
Buscando el coche
De primera,
Ése es, dijo él.
Subiste con el
Boleto en la mano,
Ese boleto que
Te había traído
Ayer él, tu padre,
Cuando le habías dicho,
Un día antes,
que querías irte.
Ahora caminan
Entre la gente
Y los asientos
De color verde,
Y ése es el tuyo,
Para la ventanilla,
En el sentido
Contrario a la marcha
Del tren.
No importa, dice él,
En Rosario cambia
El sentido
Y vas a llegar
A Retiro de frente.
Ya lo sabías,
Pero lo dijo él
Otra vez y le diste
Una interpretación
nueva: vas a llegar
al futuro de frente,
tendrás todo el
panorama nuevo
para ver.
Mientras vas
Acomodando tus cosas
La miras de reojo,
Ella está parada
En el andén mirándote;
El sol de enero
Le da una luz brillante,
Sus anteojos
En la frente y los ojos
Semicerrados tienen
Ese color verde suave
Que te recuerda
A los helechos frescos
Del Nogalar.
Tiene la boca
Entreabierta como
Una sonrisa tenue,
Que se dibuja en
Su bello rostro
De cutis blanco
Que tanto acariciaste.
Y ahora te mira
En la despedida.
Encuentras a tus
Compañeros de asiento,
Son tres muchachos
Que también
Se van de Tucumán
A buscar trabajo.
Son tres compañeros
Nuevos, ajenos a tus
Amigos que siempre
Te rodearon, hablarás
Con ellos, te hará reír
El ansia que envuelve
El trayecto;
Pero no pensarás
Con ellos, como
Con tus amigos.
Porque ese es
El contacto que
Tuviste con los tuyos,
De pensamiento afín,
De una línea aprendida
Desde niños,
Que sabes que perdurará.
Te sientes como cuando
Empezaste el secundario,
Cuando tus amigos
De la primaria se
Fueron a otro curso
Y a vos te mandaron
Con todos los
Desconocidos.
Tus amigos estaban
También en el colegio,
Pero algunas puertas
Te separaban de ellos,
Ahora la miras desde
La escalera y te
Extiende la mano,
Se entrecruzan las manos,
Ahora de amigos,
Porque ya no es
tu novia.
Pero para vos es ella,
Sea novia, amiga,
Es la mujer que
Desde hacía años
Te hacía latir
Más fuerte el corazón.
Esa era tu sensación
Cuando la tenías cerca,
Con el físico o
Con el pensamiento.
Ya era tu poesía.
Vos sentías que
Era un poema
De amor sin
Comienzo ni fin,
Escrito por tu alma.
No te importaba
Si ella sentía
Algo distinto,
Si su corazón
Seguía la línea
De otro amante,
Si sus ojos
Buscaban otra mirada.
No, para vos
Era tu amor.
Ya faltaba poco
Para salir y
Los tres estaban
En el andén.
El Estrella del Norte
Se iba a ir
De Tucumán
Llevándote a otra tierra.
Y ustedes tres
En el andén
eran amores.
El amor de
Un padre a su hijo,
La correspondencia
Del amor del hijo;
Y el amor hacia ella,
Tal vez sin
Correspondencia;
Pero no te importaba
Porque el futuro
Era tan amplio,
Que las ramas
De las posibilidades
Eran tantas
Como las de los tarcos
De la avenida de Tafí.
Los guardas
Subieron al tren,
Se anunció la salida
Y lo abrazaste
A tu padre tan fuerte
Como para quedarte con él.
Y la abrazaste
Tan fuerte a ella
Como para sentirla
Así para siempre.
Subiste al tren
Y empezó su marcha.
Quisiste ver una
Lágrima en su rostro,
Pero ya tenía los
Anteojos puestos
Y eran oscuros,
Su boca se había
Cerrado y
Tenía ahora
Un gesto duro
En sus labios,
Igual que el tuyo.
Pero vos tenías
Una lágrima, ahí pensaste
Que una parte tuya
Se quedaba en Tucumán…