"Hay dos clases de hombres: quienes hacen la historia y quienes la
padecen."
Camilo José Cela
Tengo una
anécdota relacionada con Camilo José Cela, que fue premio Nobel de Literatura, en 1989.
Vino a Buenos Aires y dio una conferencia en el teatro Cervantes, el que está
en Córdoba y Libertad. Llegué sobre la hora y sólo quedaba lugar en el 4° piso
para entrar. Subí y me senté en la silla apoyado a la baranda para verlo; lo vi
justo cuando empezaba su charla; me agarró un vértigo por la altura del 4° piso
que no pude mirar más; tiré la silla para atrás y escuché toda la
conferencia; pero sin ver al escritor. Sufro ese problema y yo pensaba en aquel
momento que sólo me pasaría en un espacio abierto, un balcón o una terraza;
pero no, también en el teatro me agarró. Nunca más fui a ese teatro; pero a
Cela, alegremente, lo sigo leyendo.
Por ejemplo, sus poemas de amor, como aquel "Poema en forma de mujer dicen temeroso, matutino, inútil":
"...aquella mariposa ruin que se nutría de las más privadas
sensaciones,
vuela y revuela sobre los altos campanarios
(también hollados campanarios)
aún sin saber,
como no sabe nadie,
que ese amor que cada día grita
y gime, temeroso, matutino, inútil
(también gime)
bajo las tibias tejas de los corazones,
es un amor digno de toda lástima..."
Aquel vértigo del cuarto piso, ¿habrá sido el amor temeroso que gime, matutino, inútil?
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