"La falta de crítica a la autoridad es el peor enemigo de la verdad"
Albert Eistein
Tal actitud se adjudica a los que siempre dan la contra, para bien o para mal; a los que tienen permanente disposición para discutir o a los que son habituales transgresores de las pautas culturales convencionales. Puede tratarse de zonceras, o de cuestiones muy profundas, lo importante es que no concuerdan con la mayoría.
Entendemos la palabra corriente como la tendencia predominante, pero más específicamente alude a la corriente de los cursos de agua. En este contexto, suele asociarse con el salmón, un pez que nace en aguas dulces y que remonta ríos en busca de lugares para procrear.
Esta costumbre de ir contra la corriente le ha dado la fama del obcecado. Así como los que se afanan en ser diferentes suelen pagar las consecuencias, algunos salmones también pagan un alto precio por esa obstinada práctica, pues los osos, conocedores de esa tendencia los esperan muy cómodos en los bordes de una cascada para atraparlos sin mucho esfuerzo.
Hasta aquí la explicación corriente (no la que debe recorrerse en contra); ahora viene la práctica, la de todos lo días, cuando uno no sabe si le conviene ser salmón que lucha para llegar al lugar de la procreación, visto éste como el sitio de la meta a alcanzar; o cuando uno teme que el oso que está al borde lo atrapará.
"Solo van a favor de la corriente los peces muertos", se ha dicho por ahí también. Entonces, ¿ qué me queda?; ¿cuál es el camino o la corriente que tengo que seguir?; ¿la de los peces muertos?, ¿la del salmón buscando la procreación?, ¿o la del salmón al que espera el oso?
Solo yo lo sé. Voy en la búsqueda de la libertad. Quiero encontrar la verdad y la belleza. Tengo que ser el salmón, el de aguas dulces, a secas!