PObre
tipo el negro jefe de la AFIP; hombre trabajador, que debe ser uno de
los pocos que tienen capacidad contributiva en el país, que paga mucho
de impuesto a las ganancias, no porque lo declare sino porque se lo
retienen del súper sueldo del que es acreedor mensualmente. El resto de
los trabajadores del país sufren bajo los efectos del cepo, que según
los gobernantes de turno, no existe. Todo lo
que dicen son mentiras; encima se rodean de gente que golpea al que
entorpezca cualquier acción de esta clase dominante que es como Shakira:
ciega, sorda y muda, porque pueden estar dándole piñas a otro a la par
de ellos y nadie se da cuenta, nadie ve, ni nadie escucha. Es como la
vieja enseñanza de los pasillos de los palacios de justicia: yo no
estaba allí, si estaba, no lo vi; si lo vi, no me acuerdo.
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