La película cuenta una historia
donde conviven la adicción de los hombres y mujeres, la mentira, el control, el
debate social, la responsabilidad y la pena. Entre esos ingredientes el
argumento busca que aparezca el límite. Whip Whitaker, es un avezado piloto de
una aerolínea comercial que tiene por fallas en el avión, tiene un accidente.
A partir de allí, los personajes
desarrollan cada uno su protagonismo y muestran como el alcohol y las drogas
van minando sus caminos, que pueden tener salidas circunstanciales pero que
nunca ven la luz de la libertad como el hombre merece.
Hasta que, aparece el límite; que
viene desde uno mismo o desde la necesidad de que la verdad salga a flote;
Whip, el personaje estelar de la historia logra vencer su relato de siempre y
muestra las cosas tal como son; es decir, hace que la realidad salga a la vista
y que se conozca lo que él es y cómo debe ser. Así se gana la admiración de
todos, pero sobre todo, se gana el afecto que, con sus mentiras y negaciones,
había perdido de una de las personas más importantes de su vida.
Trece meses después del accidente, encarcelado, condenado a un mínimo de cinco años de prisión, Whip le dice a un grupo de apoyo de la prisión que está contento de estar sobrio y no que se arrepiente de hacer lo correcto, porque finalmente se siente "libre". En su celda Whip tiene fotos de su hijo y amigos junto con tarjetas de felicitación por un año de sobriedad.
En la escena final, el hijo de Whip lo visita en la cárcel, el joven lo entrevista para un ensayo de la universidad como: "la persona más fascinante que nunca he conocido" ('the most fascinating person I've never met').
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