"No teman, ustedes buscan a jesús Nazareno, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí". Era el primer anuncio de la Pascua Cristiana: y lo escucharon esas tres pobres mujeres, extranjeras y despreciadas. Una vez más, se cumplió lo que Jesús había dicho: "A los pobres es predicada la buena noticia, y felices aquellos que no se escandalizan de mi".
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