Ahora queda la cama y Clint, con su figura desafiante y valiente que tanto ha seguido mi hermano en su paso por esta vida. Pero no es eso lo único que queda. Está también la Chiquita, que sube a la cama con su talento felino, se mete en su trinchera de resistencia que, para los humanos, parece una caja de zapatos y cuida, a su atenta manera, los sentimientos y las cosas. Los sentimientos de los recuerdos sin olvidos y las cosas, o sea, la cama, el cuadro y la caja, cada uno en su lugar, que son desde hace un tiempo, eternos.
Rosario Montero, en CABA 30 de octubre de 2021.