La
despedida de Juan Alberto Badía de esta vida terrenal estuvo llena de emoción y
de amigos que recordaron con mucho cariño y afecto anécdotas de sus diversas
relaciones con el popular locutor de radio y televisión. Uno de los que estuvo
en el adiós final ha sido Norberto Alonso, el Beto, el ídolo de River y confeso
amigo de Badía por la simpatía que éste tenía con el club que le dio tantas
alegrías y tristezas.
Dijo Alonso
que una vez fueron a jugar un partido en Cariló; eran 5 contra 5 y de su equipo
jugaba Badía. Cuando se pararon para empezar el partido el Beto se dio cuenta
de que Juan Alberto no estaba muy seguro de dónde ubicarse hasta que le
preguntó a él qué hacer. El Beto le dijo, andá a pararte allá al lado del arco,
del lado izquierdo que allí vas a hacer el
gol de tu vida.
Badía
le hizo caso y se paró allá, de quesero como se dice en Tucumán; siempre a los
que no sabían jugar se los mandaba ahí. O también cuando uno se cansaba mucho,
pero quería seguir jugando, le decía al capital del equipo, “me voy de quesero”.
Siguiendo
con el relato de Alonso, dijo que una jugada de su equipo comenzó cuando el arquero
se la dio a él. Gambeteó a uno (la forma en que lo dijo, era como estar
viéndolo enganchar con su zurda para afuera y perfilarse recto, erguido, con la
cabeza levantada mirando dónde pasar la pelota) y le puso un pase justo en la
cabeza de Badía, éste la cabeceó y metió el gol. Un golazo.
Se abrazaron
con una alegría interminable, como sólo la da un gol. “Hice el gol de mi vida”, dijo Badía. “Yo te dije que lo ibas a hacer si te parabas ahí”, dio el Capitán Beto,
y miró al cielo despidiendo a su amigo, luego de este pase al corazón que le
tiró desde la tierra.