http://www.clarin.com/deportes/Mira-Boca-Riquelme-cumpleanos-bocajuniorscomar_3_943735630.html
lunes, 24 de junio de 2013
Frases a puro fútbol
Bill Shankly, famoso tecnico de Liverpool entre 1959 y 1974 dijo: "El fútbol no es una cosa de vida o muerte. Es algo mucho mas importante". Aguante Boca!!
El fútbol puede prescindir de todo: va a seguir viviendo sin entrenadores, sin dirigentes, sin futbolistas, sin espectadores. Pero no puede seguir viviendo sin escudo. Porque el escudo es lo que emociona. Todo lo que el fútbol genera, lo genera porque hay un afán de captar la emoción del que llora porque el equipo gana o pierde". Marcelo Bielsa.
Invierno 2013
Hoy empieza el invierno que es la consecuencia de la tristeza de una mujer. Según la mitología griega, Hades el Dios del Inframundo secuestró a Perséfone, la hija de Deméter, para hacerla su esposa. Deméter, la Diosa de la Tierra descuidó s...us tareas y la tierra empezó a sufrir, los árboles, las plantas y las flores se secaron.Zeus le ordenó a Hades que dejara que Perséfone estuviera seis meses con él y seis con su madre. Cuando la bella joven está con Hades, Deméter entristece y provoca el otoño y el invierno. Feliz invierno para todos, amigos míos.Ver más
Los pancraciastas de la Boca
No somos los Pancraciastas inventados por Teseo luego su victoria ante el Minotauro; tampoco somos Heracles después de vencer al León de Nemea, somos Boca Juniors, de carne y hueso, el único grande de la Argentina, el que no conoce la B, que no ha tenido un buen semestre, pero no importa: es Boca y con eso basta.
Nicolás Jordán Lezcano, Contador Público (UADE)
Lindo regalo del Día del Padre: se recibió Niko, ahora es mi hijo, el Contador. Felicidades Niko, te quiero mucho.
Cumpleaños del Bocha Ricardo Lezcano
Me dijo mi hermano que hoy es el 40 aniversario de su jura a la bandera. Todos vinimos desde Tafi a verlo en ese acto. Que buen recuerdo para decir entonces, en su dia, Viva la Patria.
sábado, 8 de junio de 2013
8 de junio - Día de los Océanos
Poseidón, Dios de los Océanos, celebra el día de hoy con nosotros. Venimos desde muy lejos del mar, pero alguna vez te hemos visto, en silencio agazapado en tu templo de coral y gemas. Un día tienes que venir a donde estamos nosotros y enseñarnos a caminar sobre las aguas.
Hoy visitamos tu Templo en el cabo Sounion en Atenas, mirada perdida y lejana de esas columnas inmensas que resisten el tiempo y las tempestades. El hombre también, con mirada perdida es inmenso y hace frente a las tempestades.
Día del medio ambiente
Por el recuerdo de las
cunetas de la calle Reconquista, los siempreverdes de la calle Balcarce, los
fondos de las casas de mi cuadra, la esquina con la calle Bolívar, el zanjón de
la Perú, la vista desde la cancha de Juventud, los tarcos de la Avenida, el
aire del cerro que baja fresco en las tardes de Tafí, por el cielo de la Estación,
por las “nubes blancas cuando estaban en el cielo”, como dijera Yeats; por las
naranjas agrias de la plaza, por los amores jóvenes de los atardeceres en las
veredas de barrios que no eran míos, por el Nogalar y la Toma, por la alegría
de los bailes de Mitre a la siesta, por el calor de los abrazos de los amigos,
por las almas celestiales de los que nos miran desde el más allá y por el
viento de la esperanza que nunca deja de tocarnos las caras.
Por todo ello, feliz día
del medio ambiente.
La última visita
Habían sido vecinos casi toda la vida. Cada uno de
ellos tenía su familia. Por la tela del fondo de sus casas habían compartido
todos los momentos que les había tocado vivir. Los años fueron pasando, las
familias agrandándose, la tía y el vecino fueron entrando en la ancianidad pero
no dejaban de verse.
En la vereda en las noches de verano, cada uno de ellos
con su silla sentado mirando las estrellas, a veces hablaba de sus cosas,
dialogaban con sus hijos y sus vecinos. También se encontraban en el almacén de
don Ruperto. Siempre había oportunidad
para que aquellos vecinos se vieran y se contaran sus cosas, siempre con
el trascendental respeto entre ellos.
Como era la gente de antes, la que tenía ese valor
arraigado en su sangre. El tiempo siguió su vertiginoso transcurso y las
familias comenzaron a hacerse más pequeñas. Los hijos tuvieron sus hijos, sus
casas nuevas, sus esposos se fueron al cielo y los eternos vecinos siempre
fieles a sus costumbres.
La tía se mudó de casa, el vecino se quedó sin ella, viudo
y solo con la visita de sus hijos. La tía estaba sola en su casa grande y
espaciosa. Vinieron las enfermedades. Aquellas de las grandes, esas que hacen correr
el tiempo en cuenta regresiva. Cada uno en su casa padeció su malestar y supo
llevar adelante ese misterio que es el cuerpo enfermo y la soledad. El vecino empeoró en su salud y supo que sus
días iban apagándose. Ya le costaba salir. Ella en su casa tenía algo parecido
y estaba lejana.
El vecino, sabiéndose partir, le pidió a su hijo que lo
llevara a ver a la tía. Y así se hizo. El hijo llevó a su padre enfermo,
elegante, vestido de traje a visitar a quien tanto extrañaba. Ella les abrió la
puerta y los hizo pasar. El hijo le dijo: mi papá quería venir a visitarla.
Ella preparó té para los tres y se sentaron a la mesa. Las miradas estaban
enfermas y cansadas, pero volvieron a tener el brillo de un amanecer. Aquel
día, el pueblo, otrora ferroviario, tuvo dos soles nacientes. Los ojos alegres de la tía y la mirada
juvenil y relajada del vecino.
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