jueves, 10 de abril de 2014

El paro general del 14 de abril

Así está la vereda, sucia, mal cuidada, sin mantenimiento, llamando a los gérmenes, virus y bacterias de las enfermedades.

Así estuvo la entrada al trabajo hoy; las persianas bajas, la puerta de madera cerrada, el portón azul duro y con la mirilla a full.

Mirando Saenz hacia la Perito Moreno, quietud, soledad, peligro. 

Mirando Saenz hacia el puente, que estuvo cerrado.

La vereda de La Rumba, Fravega y otros tantos negocios que hoy no abrieron; en la puerta de la casa de artículos para el hogar había un tipo de esos que duermen en la calle, que está en situación de calle, como se dice; eran las dos de la tarde y a la soledad, a la quietud y al peligro se le sumó la intriga: me dijo al pasar: le robo, no le robo; le robo, no le robo.
El transporte aéreo no presta sus servicios de cabotaje y peligran los internacionales; no hay recolección de residuos, los colectivos no llevarán a nadie a pasear ni a trabajar; la línea B del subte no es K y se queda quieta; los trenes no saldrán ni llegarán; nafta habría que haber comprado ayer; ni se le ocurra enfermarse e ir a un hospital y no busque depositar o extraer plata del banco; la educación se frena también como si viniera con tanta prisa; nada de guinches, grúas, cargas ni descargas en los puertos; la actividad en la justicia, ciega y lenta, estará comprometida y habrá cero cafés en los bares ya que no abrirán sus puertas; así es el 10 de abril en Argentina.

miércoles, 9 de abril de 2014

Poema: "Miedos" de José Satoca Valero




Tengo miedo.
Mientras pienso en ella, tengo miedo.
Miedo por ella y miedo por mi.
Tengo miedo en la noche, al silencio impuesto.
Tengo miedo...
Y ella también.

Ramón Gomez Cornet


Ramón Gómez Cornet, (Santiago del Estero, 1898 - Buenos Aires, 1964), considerado el "Precursor de la Pintura Moderna en Argentina", y uno de los grandes maestros del arte argentino. Los críticos lo llamaron en diversas oportunidades “el pintor de la tierra” señalando con ello su honda identificación con las raíces esenciales del carácter argentino y latinoamericano.
Su obra evidencia un equilibrio entre lo abstracto y lo figurativo, haciendo de éste un artista moderno y clásico a la vez: retratos de niños del norte argentino de miradas profundas, íntimas y expresivas, magníficas magnoliasflores y bellísimos paisajes de finos y sobrios colores son el sello de su producción artística.
Nacido en el seno de una importante y prestigiosa familia, Ramón Gómez Cornet era hijo de Ramón Gómez, quien fuera Ministro del Interior de Hipólito Yrigoyen y Senador Nacional por Santiago del Estero, y de Doña Rosario Cornet Palacio Achával. Perteneció a una generación que renovó el arte argentino a fines del primer cuarto del siglo XX. Su nombre queda en la historia de la pintura argentina como uno de los artistas más finamente dotados y de mayor dignidad estética, técnica y espiritual.
Es probable que las generaciones futuras puedan establecer que Ramón Gómez Cornet fue el más auténtico de los artistas argentinos por su constancia en expresar las cosas y los seres de su tierra, consustanciado, por el arte, a la profunda belleza de la humildad natural que los caracteriza.
Entre sus obras se encuentran La alfareraLa UrpilaSantiagueñosRetrato de RosarioXiomaraMuñecoRetrato de niñaDesnudoAdelina y Autorretrato.

miércoles, 2 de abril de 2014

Cómo así, Boca?

¿Hasta cuándo estas cabezas gachas?; ¿porqué otra vez nos dieron vuelta el partido?; ¿porqué no hacemos más que un gol por partido?.

Es feo ver títulos de diarios que dicen "Boca se hunde"; ¿cuándo Boca se hundió?; nunca! Boca es Boca y no tiene que importar el rival ni la cancha donde se juegue; tiene que importar ganar, solamente. Y trabajar para eso, ganar y ganar. Pero parece que Boca no trabaja; o se prepara para perder. 

El técnico más ganador de la historia del club está haciendo agua; pero parece que sólo sufre el hincha; el que va a la cancha, el que se aguanta todo, ése sufre; y los cambios no llegan, ni de jugadores ni de tácticas; vamos Boca!

A partir de hoy el objetivo debería ser ganar los 24 puntos que quedan; y luchar para eso. No puede haber otro desafío para Boca; hay que ir a ganar y ganar.

Boca Juniors - River Plate - 30 de marzo de 2014





Las fotos del último súper clásico. Estas no se vieron en los medios; me las dió una amiga (Marita Brizuela) cuyo marido (Palito Haliaz) es fotógrafo y trabajó ese día en la cancha de Boca. A los dos les agradezco enormemente este gesto de seleccionar las fotos con Boca y con Juan Román Riquelme, el mejor de todos.

"Oda a una estrella" (en memoria de Andre)


El último domingo de marzo de 2014, una compañera de trabajo tomó una decisión extrema, dejando esta vida mucho antes de que el natural tiempo se lo pidiera.  Sólo algunos cortos diálogos crucé con ella, puedo decir que no la conocí; pero me llamó la atención su elegancia y su sonrisa; yo no estuve en su círculo, pero sentí mucho lo que pasó. Esta oda de Neruda creo que en esta oportunidad está dedicada a Andre, por eso mi homenaje. 

ODA A UNA ESTRELLA
 ASOMANDO a la noche
En la terraza
De un rascacielos altísimo y amargo
Pude tocar la bóveda nocturna
Y en un acto de amor extraordinario
Me apoderé de una celeste estrella.

Negra estaba la noche
Y yo me deslizaba
Por la calle
Con la estrella robada en el bolsillo.
De cristal tembloroso
Parecía
Y era
De pronto
Como si llevara
Un paquete de hielo
O una estrella de arcángel en el cinto.

La guardé
Temeroso
Debajo de la cama
Para que no la descubriera nadie,
Pero su luz
Atravesó
Primero
La lana del colchón,
Luego
Las tejas,
El techo de mi casa.

Incómodos
Se hicieron
Para mí
Los más privados menesteres.

Siempre con esa luz
De astral acetileno
Que palpitaba como si quisiera
Regresar a la noche,
Yo no podía
Preocuparme de todos
Mis deberes
Y así fue que olvidé pagar mis cuentas
Y me quedé sin pan ni provisiones.

Mientras tanto, en la calle,
Se amotinaban
Transeúntes, mundanos
Vendedores
Atraídos sin duda
Por el fulgor insólito
Que veían salir de mi ventana.

Entonces
Recogí
Otra vez mi estrella,
Con cuidado
La envolví en mi pañuelo
Y enmascarado entre la muchedumbre
Pude pasar sin ser reconocido.
Me dirigí al oeste,
Al río Verde,
Que allí debajo de los sauces
Es sereno.

Tomé la estrella de la noche fría
Y suavemente
La eché sobre las aguas.

Y no me sorprendió
Que se alejara
Como un pez insoluble
Moviendo
En la noche del río
Su cuerpo de diamante.

Oda a una estrella – Pablo Neruda – Tercer libro de las odas (1957)