martes, 25 de agosto de 2015

La casa, mi casa


La vista es desde la casa de mi tío Juan Diaco. Ahí está la casa donde yo crecí; allí está mi infancia tierna y sabia. He vivido en esa casa hasta el año 1978. Ya no está la ventana que estaba a la derecha de la puerta principal de entrada, era igual a la que está a la izquierda. Esas ventanas, las dos, tenían una reja que mi papá había mandado a hacer y había pedido que le pusieran un escudo de River en la parte superior. Él estaba contento con sus rejas. Al costado está la entrada del pasillo, por ahí salíamos con Ricardo con las bicicletas. A la par del pasillo está la casa de Doña Marta, nuestra vecina de toda la vida. No se si están los escudos de River, no veo el cerro atrás, mi tío Juan ya no está, Doña Marta y Don Carmelo, los vecinos que bailaban zamba ya no están, mi papá ya no está; yo no estoy allí. Pero la casa está, allí en su lugar de siempre y eterna en mi corazón.

Mi más grande agradecimiento a mi vecina y amiga Cuqui Romero por haber tomado esta foto y haberme hecho llegar este lejano recuerdo.

domingo, 9 de agosto de 2015

El probador



Yo pienso que es necesario, casi imprescindible diría, que uno tenga un probador. Si yo tuviera uno, podría decirle: Mauricio, vaya y pruebe los corazoncitos que sirven con el café en el Imperio de Chacarita; él iría una tarde de sábado, pediría un café y probaría los corazoncitos, tal el mandato; al regreso, me diría: vaya tranquilo, son buenos.
Así, cada paso que yo estuviera por dar, sería previamente testeado por Mauricio. Léame el último libro de Asís, córtese el pelo en alguna peluquería de Villa Urquiza, haga un curso de factura electrónica en Arizmendi, vea la película que pasan a las 13 en el Cinemark de Caballito este domingo, etc.
Hoy, por ejemplo, le habría dicho que fuera a votar en la mesa 925 de la escuela República de Irán. Allí me hubiera encontrado con algunas trabas por eso del reglamento de la votación, pero como todo tiene su límite y también su excepción, habría que discutir un poco antes de que pudiera experimentar.
Si bien las profesiones de catadores, sommeliers y agentes de turismo hoy en día hacen que una persona siga sus instrucciones antes de beber, comer o pasear, no hay, para la vida cotidiana, la probanza previa a una elección. Con el visto bueno de ellos, el sujeto se deleitará con sus recomendaciones. Ése es el sentido del probador; pero yo lo llevaría a la máxima potencia y le pediría a Mauricio que diera el primer paso en mi lugar en todos los aspectos.
Vaya Mauricio y viaje en el 128; tómese el vuelo del domingo a la tarde a Dresden; escuche las canciones nuevas de Maná, viva una semana en La Pampa, invite a cenar a Nataly; después iría yo, de acuerdo a lo que me contestara con su fina encomienda.
Imagino entonces que vivo en Berlín, en el Kudam y le digo al Mauricio alemán que vaya a la Argentina, ahora que están las PASO, y que viva hasta diciembre y regrese a sugerirme si vuelvo o no.
Percibo a la sazón que vuelve y me dice: ¡ni se le ocurra!  

Julio San Martín
Bs. As., 09 de agosto de 2015

martes, 4 de agosto de 2015

Compras y derechos



Si uno va a la heladería Varesse que está en esta ciudad en la esquina de las avenidas Belgrano y Jujuy, y compra un helado, podrá ir, con el ticket que reciba, a Mar del Plata, a la playa Varese y disfrutar gratis de un día de carpa a pleno sol.

Si alguien va a almorzar a La Rumba, la popular pizzería de Pompeya, tendrá derecho, con el ticket a ir la academia de baile Bailarás, en Paraguay y Jean Jaures, y tomar clases de rumba.

Cada vez que una persona adquiera cualquier producto en la panadería Del Valle, de avenida Córdoba al 3200, tendrá derecho, siempre con el tique, a ir a cualquier panadería de San Fernando del Valle de Catamarca y retirar lo que desee.

Con la entrada del boliche “Sahara”, ubicado cerca del Cementerio de la Recoleta, se obtendrá un descuento para una excursión en camello por el desierto del Sahara, también con un descuento incluido en el pasaje al continente africano. Más derechos se obtendrán todavía si el concurrente a dicho boliche es fumador de cigarrillos Camel; en este caso hasta podrá regresar con un camello de regalo.

Con el ticket del supermercado chino que en sus conceptos detalle una cerveza Quilmes, se podrá viajar gratis en el tren con destino a aquella localidad, y además se podrán utilizar gratuitamente las instalaciones del gimnasio del homónimo club. Con la compra de dos cervezas hasta se podrá ver un partido cuando Quilmes juegue de local.

Si uno se hace amigo de Riquelme y toma una café con él se hará acreedor a una salida con Larissa Riquelme en algún boliche de una zona top de Asunción.

"La infiel" - Israel-Francia/2010 / Dirección: Eitan Tzur


El film arranca con Ilan Ben Natan, un reconocido profesor de astrofísica de 58 años, dando clase sobre las características de las estrellas en la Universidad de Haifa. El protagonista está casado con la bellísima Naomi, una ilustradora de libros tres décadas más joven que él. Cuando ella empieza a regresar cada vez más tarde al hogar, su marido empieza a sospechar. Un día, la sigue y descubre que tiene un amante, al que terminará asesinando y enterrando.
Todo eso transcurre en los primeros minutos del film, ya que en verdad la película dedica casi toda su narración a indagar en los efectos de aquel crimen. Si bien siempre está latente la intriga respecto de si el protagonista será descubierto o no (su esposa, en medio de un estado depresivo, empieza a sospechar y, para colmo, su mejor amigo es policía), La infiel termina por convertirse en un implacable ensayo sobre la culpa y la mentira. Y, en este terreno, adquiere cada vez mayor incidencia el personaje (secundario pero vital) de la madre posesiva y manipuladora de Ilan.
 Así, lo que en principio parecía un mero reciclaje del típico triángulo amoroso resulta en definitiva una mirada punzante y despiadada sobre los aspectos más enfermizos y destructivos de una relación de pareja. Una más que digna ópera prima de una cinematografía poco conocida en la Argentina, como la israelí.