Los esmeros
Impecable vestimenta tiene el mozo de San
Javier. El muestra una concentración en su trabajo que le permite estar atento
a cualquier solicitud de cualquier persona. El observa, escucha y palpita lo
que pasa en el salón.
Es el esmero que busca lo que lo pone a actuar así.
El que está siendo atendido por él siente más de una satisfacción; encuentra
cada cosa en su lugar y si necesita algo más; el esmero del mozo estará para
servirlo.
El esmero y el servilismo son bien diferentes.
El esmero hace que una persona sea mejor persona a cada instante porque sale de
uno; en cambio el servilismo es lo que una persona ejecuta y demanda del otro con
acciones de vasallaje.
Si mi tierra es mejor cada día es porque se la
trata con esmero. Así es el cerro de Tucumán, donde la naturaleza ha actuado
con esmero, ha puesto en sus helechos de todos los tamaños lo mejor de sí; lo
hace mejor cerro cada día, lo hace mejor Tucumán cada día.
Los amigos y mis parientes de Tucumán me tratan
con esmero; siento que esa “serena amistad”, como dijera Borges en “El
amenazado”, es el fresco verdor de los cerros que siempre están, haya ido uno
de visita en 1981 o en 2016.
Julio San Martín
Bs. As. 25 de junio de 2016.
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