domingo, 20 de septiembre de 2020

Mi bicicleta

 

Empecé a entrenar para el Tour de France 2021. En mi primera salida llegué hasta Palermo, allí frente al hipódromo aproximadamente.

Una o dos cuadras desde mi casa por las calles normales hasta llegar a Billinghurst que tiene bicisenda, desde allí hasta Mansilla, luego Coronel Díaz hasta Libertador que tiene bicisenda en la vereda. Por ahí se hace más fácil para llegar a Palermo, en el Paseo de la Infanta, y desde allí hasta la entrada al club GEBA. Hermoso paseo.


Tadej Pogacar

 

Tadej Pogacar, de Eslovenia, tiene 21 años y es el ganador del Tour de France 2020.

Oda al repasador


 

Amigo mío de
La cocina.
Fiel compañero
De cualquier hora.
Cuando el sol se va
O se asoma
Estás conmigo.
Te tomo entre
Mis manos
Y seco los platos.
O las tazas, los vasos
Que hemos usado.
Eres el único
Que me ayuda
Con eso.
Enjambre de
minúsculos
Algodones y
Cuadraditos blancos
Que repasan las
Gotas de agua
Que no se han ido.
Las absorbes y
Las llevas a tu muro
De color blanco
Y trazos rojos y azules
Allí ya no son agua
Son nueva energía
Que aflora y
se va a mis manos
El plato brilla
y mi mano reluce.
De uno se ha ido
Y a la otra
ha llegado.
Es la materia
Que ahora es mía
Para seguir.
Repaso las
Superficies
De los utensilios
Que han servido
Y de las mesas
Que esperan la
Llegada de nuevas
 Fuentes.
Como mis manos
No tienen
Tu misma audacia,
Entras al horno
Como un escudo
Sagrado
Que protege
Del calor
Y del fuego.
Repasador amigo
Yo soy el testigo
De los días y
De las noches
Que hemos
compartido.
Los hombres nos
Sabemos los dueños
De lavar y secar.
Pero eres tu el
Que sabe sacar
Por donde pasas
El nuevo color
Del cielo.
 

Julio San Martín, en CABA, 20 de septiembre de 2020.


viernes, 11 de septiembre de 2020

Los dos cines

 



La avenida Alem de Tafí Viejo tiene dos partes: la parte de arriba y la parte de abajo. Si uno va por la calle San Martín y llega a la esquina con la avenida, a la izquierda tendrá la iglesia, ésa es la parte de arriba; si va a la derecha, irá para el lado del taller, ése es el lado de abajo. Cuando uno va bajando por la avenida, por la vereda de la iglesia, se va a encontrar con el cine Metro; si cruza la calle y sigue bajando, en unas cuadras más, encontrará el cine Alberdi.

Ahora estamos en la época.
Voy al cine esta noche. Se estrena “La aventura del Poseidón” en el Metro. Me voy a encontrar con ella en el hall; es temprano pero ya estoy en la boletería. Don Garguiulo es el boletero, a otros saluda, a mí no me conoce; mi viejo si lo conoce y me dijo que le diga quién soy. No importa, no le digo. Veo los afiches de las películas que vendrán pronto. Todas parecen buenas, me entusiasman. Compro caramelos de coco.
De pronto la veo llegar. Siempre el cine me hizo latir más fuerte el corazón. Tengo las dos entradas, ella está conmigo y los caramelos; vamos a entrar. Don Camarda, si me conoce, he ido a su casa a estudiar con su hijo, mi compañero del colegio. Entramos, nos dirigimos al pasillo izquierdo. Nos sentamos. Empieza la película.
Es del género catástrofe, propio de la época. Es una historia que empieza con todos los personajes felices, hay una canción muy linda que canta Maurice Mc Govern, “La mañana siguiente”. Nos tomamos de la mano y vemos, escuchamos.
Los personajes sufren, algunos luchan, se quieren, buscan la salida con el barco dado vuelta hundiéndose, quieren llegar a la superficie, se pelean, se amigan, entienden que uno por cada lado no puede seguir, se unen, luchan, corren riesgos y encuentran la salida. Nuestras manos no se soltaron nunca.
Al cine Alberdi lo sentí más lejano siempre. Nuestras vidas siempre te ponen una alternativa con dos opciones, arriba o abajo, blanco o negro, San Martín o Atlético, Mitre o Juventud, siempre dos. En el Alberdi pasan “Muchacho”, de Sandro. Me encuentro con ella en las escalinatas del cine. La vi venir pisando con cuidado la vereda cubierta de flores de los tarcos, tiene unas lindas sandalias rojas, sus pies delgados son delicados y se confunden con las flores del pido. Pasamos por el hall, aquí nadie me conoce.
Muchacho muestra su pinta, sus canciones, su audacia y la incertidumbre hasta el final. Disfrutamos todo eso y otra vez nuestras manos están apretadas, mi mano es firme ante la delicadeza de la suya, miramos la película y yo juego con el anillo de su mano temblorosa.
Mis dos cines de Tafí, ¿Dónde están? ¿Andarán por ahí siguiendo con sus diferencias? Los he visto siempre como el uno o el otro, como es la avenida, la parte de arriba o la parte de abajo. El Metro o el Alberdi, donde te conocen o no, los dos tienen grandes diferencias. Pero, al final de cuentas no son tan distintos; en ambos, en la noche de la sala y en la luz del film, anduvo rondando el amor.
Julio San Martín, 05/06/2008.