lunes, 19 de junio de 2023

Los regalos


 

Los regalos

 

El regalo es el medio más directo para demostrar afecto a otra persona; creo firmemente en eso; traigo ese sentir desde mi origen porque he recibido regalos que todavía me acompañan. De aquella época, por cuestiones propias del tiempo, no tengo los aspectos materiales de los regalos, pero si los espíritus de ellos todavía viven en mí.

Mis padres me han regalado la vida; mis hermanos el amor y mis abuelos, mis tías, tíos y primos, cada uno de ellos, me han dado muchas cosas que, aún sin saberlo, me hacen celebrar la vida cada día.  Quiero hacer un homenaje, desde estas líneas a dos regalos que recibí de mi familia.

Mi querida y nunca olvidada tía Luisa, era la primera en llegar a mis cumpleaños; siempre me traía medias o calzoncillos, y depositaba en ellos un afecto tan grande que esas cosas han sido inolvidables. Pero una vez, cambió el regalo y me trajo una taza y un plato celestes. Era tan linda esa taza que si la tuviera hoy sería muy feliz; tenía dibujos en tonos pasteles y yo los miraba y los hacía jugar entre ellos; así, los dibujos del plato jugaban con los de la taza y yo disfrutaba con cada mate cocido que tomaba.

No sé dónde lo había comprado ella, por esas cosas del protocolo, eso no se dice; imagino yo que vendrían del Bazar del Hogar o de la Cooperativa; hoy creo verlos en la vidriera de esos lugares tan caros a mis afectos.  Hoy todas mis tazas y platos que uso para el mate cocido son celestes con tonos pasteles, aunque la realidad me los muestre con otros colores.  Y son eso sí, del Bazar del Hogar en la Avenida, o de la Cooperativa.

El otro regalo que hoy tengo en mi alma es el que me trajo mi tío Ramón, cuando yo ya iba dejando la tierna niñez para ingresar en la querida adolescencia. Mi tío Ramón vino al mediodía de aquel caluroso veinticinco de febrero, con su sombrero y sus botines caminantes del suelo taficeño.  Me dijo, “para vos Jota”, y me entregó un pequeño paquete, lo abrí con el entusiasmo con el que se espera el regalo y era una máquina de afeitar.

Qué lindo regalo me hizo Ramón; ese presente me invitó a crecer, a mirar adelante, mirarme en el espejo y a pasar mi máquina de afeitar por mi cara. Hoy en día utilizo una máquina parecida, con un solo filo; no quiero aquellas peligrosas de varios filos; sigo con la primera que recibí; siento en cada mañana que sobre mi cara se desliza el regalo de mi tío Ramón; y así él está conmigo.

 

 

Julio San Martín, 19 de junio de 2023, en Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

No hay comentarios:

Publicar un comentario