sábado, 26 de mayo de 2012

El Chuy y el Tuy


Una vez me tocó trabajar en una empresa pequeña que había tenido un conflicto con sus empleados. Pero esto  es sólo la ubicación espacial del tema al que me quiero referir hoy, siguiendo con mi objetivo de enseñanza de los regionalismos de mi pueblo Tafí Viejo, en Tucumán.

Aquella empresa era del tipo de responsabilidad limitada; uno de sus socios me atendió y me fue dando toda la información que yo necesitaba para preparar mi informe. Así, con el correr del tiempo fuimos teniendo un diálogo cada vez más abierto con ese señor. Él era un hombre mayor que yo en algunos años, muy amable y atento.

En un momento, el señor, a quien voy a llamar Ruperto me dijo que él reconocía mi tonada, que sabía con seguridad, sin que yo se lo haya dicho antes, que yo era de Tucumán. Le dije que sí y que desde hace muchos años  vivo en esta ciudad. Sin embargo, me dijo él, hay tonos que no se olvidan, ya mostrando un cierto rasgo melancólico en su expresión.

¿Ah, sí?, le dije, pero ¿usted es de aquí, no? Sí, me dijo Ruperto; pero tuve una novia de Tucumán, agregó; ya con no sólo la expresión melancólica sino con una nueva luz brillante en sus ojos, distintos a los momentos previos. Estábamos sentados frente a frente en su escritorio, con papeles y biblioratos desplegados entre nosotros. Ruperto corrió un poco los papeles, apoyó los codos en la mesa y me dijo algo en tono de confesión de un secreto amistoso, como si estuviéramos sentados en algún bar de la Avenida Alem.

Nunca me olvido, dijo Ruperto, de una expresión que ella tenía cuando sentía frío, me dijo; decía ¡chuuuyyyy, que friiiiiooo! Y unas lágrimas asomaron en sus ojos.

Pienso que Ruperto me dijo que yo tenía que explicar el significado de este término, para que toda la gente sepa cuándo y cómo utilizarlo. Entonces me propongo hacerlo ahora, luego de contar esa anécdota.

De todas las formas de expresión que el hombre usa, ya sea familiar, formal, coloquial, oral y escrito, creo que la coloquial taficeña es la mejor.  Ahora bien, para explicar el Chuy tengo, obligatoriamente, que asociarlo con el Tuy.

El Chuy, como hemos visto, denota frío, helado; es una expresión verbal meramente descriptiva. Si bien predomina en el invierno, no se asocia a las estaciones. Es decir, es corriente usarla en invierno porque el frío está rodeándonos y el chuy sale en cualquier momento. Pero en verano también tiene su aplicación, porque al entrar al mar, lo primero que uno dice es chuuuuyyy. Puedo probar si la botella dentro de la conservadora y los vasos de acero inoxidable están fríos y el chuuuyyyy será la afirmación.

En cambio el Tuy expresa una sensación inmediata de calor intenso. Uno dice tuy y mira fijo a la cosa. Toca una brasa que está cerca del mango del tenedor cuando quiere ver si está el asado, y dice ¡tuy! O agarra la empanada de la lata recién salida del horno de barro y antes de morderla ya dice Tuy.

Siento que estos ejemplos muestran con claridad sus significados. Tal vez Ruperto asoció el chuy al amor secreto, por el recuerdo que le produjo. Tal vez, no. Pero la sensación que dejó en mí fue que la expresión siempre está; ya sea en la dialéctica propia o en el recuerdo arcano.

Ambas son expresiones que se relacionan con la impresión que causan. A veces exageran la intensidad de su significado, pero a la vez manifiestan con viveza y claridad lo que se siente.

Personalmente siento y vivo el chuy y el tuy; y me celebro a mí mismo, al decir de Whitman, cuando lo digo. Pienso que el chuy y el tuy son motores del alma que la niñez, ese combustible que la vida nos da para todo lo que va a venir, está siempre en nosotros cuando acurrucamos los hombros al decir chuy; o cuando retiramos rápido la mano, diciendo tuy.

Desde la emoción de Ruperto, he visto otra vez mi interior colmado de expresiones propias de mi tierra; son las que me han marcado un camino y es el que sigo en este devenir cotidiano; quiero seguir  compartiéndolo a diario, en una coloquial relación. El explicar con sencillez el significado, el sentirlo y el mantenerlo, es el camino. Así sigo.

1 comentario:

  1. A Carlos Alberto Gonzalez y otras 2 personas más les gusta esto..








    Mario Alberto Carrizo Estimado Julio sobre este tema inclui un comentario en tu blog, pero por razones que aun no llego a comprender, parece que la tecnologia no me dejó publicarlo.Decia alli, que hubo un tiempo en que habia deformadores de estos términos que Ud. tan bien describe alli. Uno de esos deformadores era un comun amigo, Daniel "Cayiya" Carabajal. El para expresar frio decia "choe" y "toe" cuando sentia calor. Un fuerte abrazo

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