Hay una anécdota de Roberto Arlt
donde el notable escritor decía que su padre nunca lo había retado y, mucho
menos, pegado. Entonces, él escuchaba lo
que decían otros chicos de su edad en cuanto al trato que les daban sus padres
y a los golpes que de vez en cuando recibían. Es decir, los demás integrantes
de esa sociedad a la que pertenecían el niño Arlt y sus amigos, recibían
correctivos inmediatos luego de haberse mandado alguna.
No se sabe si aquellos
correctivos, que tal vez en alguna de sus Aguasfuertes habían estado presentes,
habrían sido exitosos o hubieran alcanzado el fin para el cual habrían sido
impuestos. Tampoco se sabe si los juzgadores padres de los chicos reprimidos
estarían más tranquilos después de eso o que todo hubiera seguido igual.
Lo que sí se sabe es que la
anécdota de Arlt no ha terminado aún. Resulta que una vez, siendo niño el autor
de Amor Brujo, hizo algo que no debía y su padre se enojó. Nunca lo había visto
así a su padre, enojado y al borde del enmendador, que eventualmente podía ser
un chirlo, una penitencia o un castigo.
El padre lo sentó enfrente a él y
le dijo: “mañana te voy a pegar”. El
niño sintió que un frío le corría por la espalda, creyó que la tierra se abría
bajo sus pies; imaginó la larga noche previa a lo que iba a recibir. La
ansiedad lo hizo sufrir tanto que empezó a llorar a cuenta.
Arlt relató hasta ahí la
anécdota; yo creo que no es necesario saber qué pasó después. Eso ya es (o ha
sido) cosa de padre e hijo.
Traigo al relato esta
intriga porque lo que ha sucedido entre
Cabandié, un diputado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y una ex agente de
tránsito del municipio de Lomas de Zamora, donde él ha hecho gala de todo un
menú de cómo ser un mal bicho, “chapeador”, mentiroso, entregador, buchón y
garca (faltaría decirle el Rey de los Putos, como dijo el personaje de la
película Un Oso Rojo) y ella hoy en día es una desempleada porque quiso hacer
las cosas como correspondía, bien podría ser objeto de una frase tal como la
dijera el padre de Arlt.
Nosotros, los que vamos a votar
el 27 de octubre, deberíamos decirle hoy a Cabandié, “el día de las elecciones te vamos a pegar”.
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