jueves, 13 de julio de 2017

Uniendo Historietas - 3 - "De Córdoba Capiiital"



En una de las entrevistas que tuvo que hacer cuando estaba intentando ingresar a la compañía, Julio San Martín se reunió en el centro, en el edificio donde está ARBA, con el Contador Bagam y el Licenciado Caalaye. Ahí conoció a este señor que luego, una vez ingresado ya a trabajar, pasó a ser el único superior en el cuadro jerárquico, que le propuso almorzar juntos. Nunca más, como tanto se dijo en este país, alguien salió a comer con Julio San Martín.

Hasta ese momento los jefes de Julio San Martín eran dos, Bagam y Caalaye. Después apareció otro, el Licenciado Juanva; o sea que a estas tres personas había que rendir cuentas. Cualquier cosa que quisiera decir Julio San Martín, tenía que decirla tres veces y explicarla tres veces. Es decir, si el Impuesto al Valor Agregado daba saldo a pagar, tenía que decirle a Bagam, a Caalaye y a Juanva. Una vez, ante un elevando monto a pagar de  IVA, lo llamaron a una reunión que había con los directores. Julio San Martín explicó la liquidación, una vez más - como diría Lerner - y el Lic. Caalaye dijo: "yo no entieeendo; antes teníamos saldo a faaaavor y ahora hay que paaagar?. Todos los asistentes, miraron a Julio San Martin con la mirada como si estuvieran esperando un corner. Todo se explicó, pero que buena pregunta se mandó Caalaye! Un amigo!

Con el pasar de los días, el Licenciado Caalaye y Julio San Martín fueron encontrando afinidades; el fútbol, la forma de ser de los hombres del interior del país y el deseo siempre presente de volver a la tierra de uno. En realidad Caalaye vivía de lunes a viernes en esta ciudad devoradora, como diría Neruda, y los fines de semana los pasaba en su querida "Córdoba Capiital" 

Desde el punto de vista del trabajo en la empresa de camiones, ellos hicieron un trabajo que permaneció aún después de él retirado; y Julio San Martín lo utilizó hasta su último presupuesto impositivo en la empresa. Juntos armaron una planilla que servía como herramienta para saber todos los vencimientos fiscales del mes. Este documento sirvió para muchas acciones que diferentes personajes en distintos puestos llevaron a cabo.

Algunos de esos personajes lo utilizaron, lo entendieron y le dieron uso; otros, un tanto más soberbios, al no ser de su autoria lo trataron con indiferencia, o intentaron destruirlo; y otros, peor aún, propusieron cambios en el armado, a los que su único autor presente, Julio San Martín, accedió porque vio una mejora en la información, pero no sin darse cuenta de que quien lo proponía no tenía la más pálida idea de cual era el real contenido de la herramienta. 

El recuerdo de Caalaye lo ha tenido Julio San Martín cada vez que ha trabajado con ese presupuesto;  alrededor de 156 veces lo preparó, puede decirse que Caalaye ha permanecido en su obra; quién sabe ahora si Julio San Martín permanecerá en su obra, tal vez ha llegado el final de aquel documento. Quizás es el poema de Borges el que se hace realidad con el trabajo de Julio San Martín y Caalaye, porque aquella herramienta y el empeño que se había puesto en ella "no sabrán nunca que nos hemos ido".

Julio San Martín 
CABA 13/7/2017  






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