miércoles, 7 de diciembre de 2016

Fernando Pessoa

APLAZAMIENTO

Pasado mañana, sí, sólo pasado mañana...
Pasaré el día de mañana pensando en pasado mañana,
Y así será posible; pero hoy no...
No, hoy nada; hoy no puedo.
La persistencia confusa de mi subjetividad objetiva,
El sueño de mi vida real, intercalado,
El cansancio anticipado e infinito,
Un cansancio de mundos para tomar un tranvía...
Esta especie de alma...
Sólo pasado mañana...
Hoy quiero prepararme,
Quiero prepararme para pensar mañana en el día siguiente:
Ese es el decisivo.
Tengo ya el plano trazado; pero no, hoy no trazo planos...
Mañana es el día de los planos.
Mañana me sentaré al escritorio para conquistar el mundo
pero sólo conquistaré el mundo pasado mañana...
Tengo ganas de llorar,
Tengo muchas ganas de llorar, de repente, de dentro...

No, no quieran saber nada más, es secreto, no lo digo.
Sólo pasado mañana...
Cuando era niño el circo de domingo me divertía toda la semana.
Hoy sólo me divierte el circo de domingo de toda la semana de mi infancia...
Pasado mañana seré otro,
mi vida triunfará
todas mis cualidades reales de inteligente, leído y práctico
Serán convocadas por un edicto...
Pero por un edicto de mañana...
Hoy quiero dormir, redactaré mañana...
Por hoy ¿Cuál es el espectáculo que me repetiría la infancia?
Para comprar igualmente mañana los boletos
Que pasado mañana es cuando está bien el espectáculo...
Antes, no...
Pasado mañana tendré la pose pública que mañana estudiaré.
Pasado mañana seré finalmente lo que hoy no pude nunca ser.
Sólo pasado mañana...
Tengo sueño como el frío de un perro vagabundo.
Tengo mucho sueño.

Mañana te diré las palabras, o pasado mañana...
Sí, tal vez pasado mañana...

El porvenir...
Sí, el porvenir...

Álvaro de Campos
traducción del portugués, Mario Bojórquez

martes, 23 de agosto de 2016

La solemnidad del abrazo


Yo soy gustoso de ver a las personas en actos solemnes. La solemnidad viene de las celebraciones religiosas, donde el espíritu se eleva y busca que el manto divino lo cubra. Allí está el origen de todas las solemnidades, o el formalismo que implica lo mismo y que da carácter serio al evento en que se participe.

Si una persona recibe un premio, lo hará en un acto solemne. El himno nacional de cualquier país es un acto formal; y las personas se preparan para eso. Concurrir a una reunión donde se pide la asistencia con corbata, es de lo más solemne; esto es lo que a mí me gusta. No voy a escribir aquí si la corbata está de moda o no. Lo que me interesa es su solemnidad.

Ahora bien, ¿puede haber protocolo o solemnidad espontánea? Parece que no. Solemne, protocolo, etiqueta, formal, requiere preparación. El rigorismo de lo solemne da la impresión de que siempre se necesita una planificación para que todo salga bien.

Sin embargo, he encontrado un acto solemne sin previo aviso. Una vez, caminando yo por la vereda de una calle, en mi lindo pueblo, en una fría noche de invierno, la vi que salía de su casa y estaba por cruzar la calle. Justo iba ella a cambiar de vereda respecto de la que yo iba. Pero me vio y se quedó parada. Yo también detuve mi paso.

Casi sin darme cuenta, empecé a caminar hacia ella y ella hacia mí. Éramos dos oscuros personajes de la noche que parecían haberse buscado todas las noches desde hace mucho tiempo. Cuando nos acercábamos, vi su rostro de mirada incrédula; tal vez ella vio lo mismo en mí.

El protocolo de esa noche han sido las ansias de llegar pronto el uno al otro. La etiqueta de esa noche ha sido el brillo de los ojos que iluminaron las veredas que dejaron de ser tristes. Las mejillas se sintieron juntas y formalizaron el inesperado encuentro. La solemnidad de esa noche, ha sido el abrazo de nuestras almas, después de tanto tiempo.

Julio San Martín
CABA, 22 de agosto de 2016.


sábado, 6 de agosto de 2016

La casa de Fondizi


En mi casa de la calle Balcarce, vista desde la esquina de la Reconquista, en la pared exterior que daba a mi vecino Perfecto Carmena, había una gran inscripción que decía UCRI, en letras bien grandes y rojas. Cada vez que jugaba a la pelota en la canchita de la esquina, lo hacía mirando ese cartel de mi casa.
Hace unos días, caminado por la calle Antonio Beruti en esta ciudad, encontré la casa donde vivió Arturo Frondizi, quien fuera presidente constitucional de la Nación desde 1958 hasta 1962. Este hombre, entre muchos otros méritos que en su carrera obtuvo, ha sido el creador de la fuerza política que había pintado aquella leyenda en la pared de mi casa.
Ahora, estando yo parado frente a la casa donde él vivió, recordé las letras grandes y rojas que se referían a la Unión Cívica Radical Intransigente. Miré esta casa espléndida del barrio de la Recoleta y supe que el Gobierno de la Ciudad le hizo un homenaje en 2005.
Sin saberlo, he conocido esta casa Solar mucho antes. Tal vez, después de cada partido con los amigos de la cuadra, mirando las letras de la UCRI, ya estaba yo en la vereda de la calle Beruti mirando la casa del dueño de la sigla, el hombre de Paso de los Libres.


Julio San Martín
Bs. As. 06 de agosto de 2016


domingo, 17 de julio de 2016

La noche de la derrota



A las 18 horas dejaste la oficina en Pompeya, el frío de la tarde te hizo pensar en abrigarte más, recordaste el calzoncillo largo de la vidriera de La Real en la avenida Saenz. Fuiste ahí nomás, te compraste uno y lo llevaste puesto; de ahí a buscar el auto y viajar hasta la Boca. Llegaste al garaje de Balcarce y Cochabamba. Ahí quedó tu auto y te fuiste a cenar, todo ese proceso lo hiciste con el fin último: ver a Boca en la semifinal de vuelta contra Independiente del Valle de Ecuador, por la Copa Libertadores, de la cual hoy tenemos seis ganadas.

El Café Bar Defensa ya te había recibido una vez, en aquel partido contra Cerro Porteño. Esta vez, pediste un bife con ensalada. Riquísima estuvo la comida y partiste, junto cuando empezaba a llover, camino a la cancha. Caminaste ligero, por la lluvia y por la ansiedad de entrar. Primera sorpresa: no había cola en la calle Brandsen y caminaste hacia el primer control, pasaste tranquilo también el cacheo policial y el primer molinete. Todo bien, todo verde y adentro fuiste por la puerta 8, la de la Baja Sur.

Falta una hora para que empiece el partido y el frío se hace notar. Hay mucha gente, como siempre en estos partidos y vas buscando un lugarcito para ver; te cuesta, pero lo encontrás. Llega la hora, salen ellos a la cancha y largas tu grito de guerra: puuuutooos!!!  Sale Boca y explotan los fuegos artificiales y los corazones boquenses se aceleran. Si hubiera un aparato que midiera los latidos de los corazones de nosotros los hinchas, seguro que necesitaría más capacidad para informar.

Empieza el partido, Boca avanza hacia mi arco y a los tres minutos se pone en ventaja; gol de Boca, sale el grito esperado, salta la felicidad de hombro en hombro xeneize, explota la máquina de medir los latidos y se siente que la esperanza está en nosotros. Seguimos avanzando y por poco no llegan más goles; se ha ido el frío llevándose la lluvia quien sabe adónde. Ellos empiezan a atacar y se ponen cerca del área nuestra; de pronto empatan, no!. Ha vuelto la lluvia y el frío se ha instalado otra vez en mi espalda. Termina el primer tiempo.

En el pasillo que separa la pared de la gente de la tribuna se forman grupos de hinchas que debaten si hace falta algún cambio para el segundo tiempo, otros que fuman porros, las parejas que se abrazan y besan como si estuvieran el Parque Lezama. Uno de esos grupos empieza a cantar la cumbia bostera y arenga a los demás a cantar. Yo me prendo en el canto y trato de hacer algún paso de baile como hacen ellos; y muevo los brazos y canto y acompaño; uno de esos tipos del grupo sale de ese lugar y camina hacia mí. Me da la mano y me dice: vamos Bocaaaa!!; Vamos!!, le digo y me siento uno de ellos.

Empieza el segundo tiempo, no hay cambios en Boca; presiento o deseo, mejor dicho, que el equipo salga a morder y meter goles, porque estamos afuera. Y Boca lo hace, se va al taque y empuja; hay córner para nosotros, cantamos todos, la Bombonera late, viene el centro, lo ganan ellos, contragolpe y nos meten el segundo. Seguimos cantando a pesar de ese gol; dos minutos más y nos meten el tercero. Como dijo Neruda en su "Salitrera Santa Elena", siento que la tierra se abre delante de mis pies.

Y ahora?, percibo la bronca y la desazón en el pueblo de Boca; siento impotencia, que no podremos, veo venir el dolor de la derrota; el equipo no muestra lo mismo que nosotros. Decido irme, como aquella vez cuando no me gustó “El lado oscuro del corazón” y me fui del cine, mientras Oliverio buscaba la mujer que pudiera “volar”.

Salgo a la oscura calle Brandsen, es fría la noche y llueve, todo feo para el que va a la cancha; peor aún para el que va a ver perder a su querido equipo. Camino solo por esa calle hacia la avenida Almirante Brown, ya están los vendedores de chori, pati y bondiola; todavía no gritan para vender; la verdad, no sé si después lo harán. Un hombre camina apurado atrás mío, me alcanza y me pregunta dónde está la parada del 152; voy para allí, le digo y caminamos juntos. “Vine desde Saavedra para ver esto!, me dice. Está enojado y dolido, como yo.

Tomamos el colectivo juntos y el hombre con su gorro mojado mira alrededor como tratando de encontrar una explicación; bajo en Juan de Garay y camino al garaje; llueve y llueve; los empleados están cenando y viendo el partido. “Abandonó, maestro?”, me dicen. Allí me entero del penal errado y eso hace crecer mi caída. Viajo de vuelta en mi auto; escucho el segundo gol de Boca y termina el partido. El relator dice lo que yo vi venir cuando volvió el frío y la lluvia adentro de la cancha: Boca eliminado de la Libertadores.

Julio San Martín, Buenos Aires, 17 de julio de 2016.



sábado, 25 de junio de 2016

Los esmeros











Los esmeros

Impecable vestimenta tiene el mozo de San Javier. El muestra una concentración en su trabajo que le permite estar atento a cualquier solicitud de cualquier persona. El observa, escucha y palpita lo que pasa en el salón.
Es el esmero que busca lo que lo pone a actuar así. El que está siendo atendido por él siente más de una satisfacción; encuentra cada cosa en su lugar y si necesita algo más; el esmero del mozo estará para servirlo.
El esmero y el servilismo son bien diferentes. El esmero hace que una persona sea mejor persona a cada instante porque sale de uno; en cambio el servilismo es lo que una persona ejecuta y demanda del otro con acciones de vasallaje.
Si mi tierra es mejor cada día es porque se la trata con esmero. Así es el cerro de Tucumán, donde la naturaleza ha actuado con esmero, ha puesto en sus helechos de todos los tamaños lo mejor de sí; lo hace mejor cerro cada día, lo hace mejor Tucumán cada día.

Los amigos y mis parientes de Tucumán me tratan con esmero; siento que esa “serena amistad”, como dijera Borges en “El amenazado”, es el fresco verdor de los cerros que siempre están, haya ido uno de visita en 1981 o en 2016.



Julio San Martín
Bs. As. 25 de junio de 2016.

domingo, 17 de abril de 2016

Los fuentones

Los fuentones

Julio, lo que tiene que hacer usted a primera hora cuando abra el negocio es colgar los fuentones, dijo Juan Carlos Torga, el dueño del bazar donde empezaba a trabajar ese día Julio San Martín. 
Eran las 8 de una mañana a pleno sol. Ese día empezaba una nueva etapa en la vida de Julio San Martín. Después de muchos años de tareas estresantes en sus diversos roles de Contador Publico, había decidido dar un vuelco en su vida y dedicarse a trabajos distintos.
Tengo que darles algún orden en especial a los fuentones, don Juan Carlos?, preguntó mirando el alambre donde se colgarán aquellos sanos productos.
No, dijo Juan Carlos. Cuélguelos como a usted le parezca que quedarán mejor.
Julio San Martin agarró un palo que tenía un gancho en la punta y el primer fuentón, el azul, con el que empezaría su nuevo trabajo.Cada fuentón tenia un hilo de plástico en su agarradera. El alambre donde colgaban tenía pequeños ganchitos. Él tenía que agarrar con el palo con el gancho el hilo de la agarradera, subirlo hasta el alambre y colocarlo en el gancho de arriba. Así lo hizo y el fuentón azul quedó colgando vistoso y brillante por el sol en la puerta del Bazar Torga. Eran las 8,38 de ese lunes y el había colgado con éxito su primer fuentón.

Vio que la vereda empezaba a poblarse con gente que iba apurada a sus trabajos o quienes empezaban sus compras del día. Voy a colgar ahora el amarillo, pensó. Mejor no, se dijo. Van a darse cuenta de que soy de Boca y no sé de qué cuadro es Juan Carlos. Agarró el verde y lo colgó. Así hizo con todos y al final miró la colorida fila plástica de sus queridos fuentones de colores.
Juan Carlos le dijo que a las 18,40 tenía que descolgarlos. Cuando ya la tarde caía y las luces de la avenida iban anunciando que la noche se acercaba, el empezóo la tarea opuesta a la de la mañana. Mientras en eso estaba, una linda mujer se le acercó y le dijo: que lástima que desarme esa hilera de colores. Yo paso todos los días por la vereda de enfrente para mirarlos, dijo ella. Es usted quien los cuelga, preguntó. Si, soy yo dijo Julio San Martín y llevó los fuentones para adentro porque empezaba a cerrarse el negocio.

Al día siguiente hizo su tarea temprano. Hizo la misma disposición de colores. No perdió de vista la vereda de enfrente a ver si la veía. No la vio. Paso rápido el día, los descolgó a la tarde y se fue a su casa. Ella no vino ese día, o tal vez pasó por la vereda de enfrente pero él no la vio.Al tercer día, cambió el orden de los colores, puso el amarillo al lado del azul, el verde después, el rojo y el blanco. Ojala los vea ella, pensó.
Pasó esa tarde cortando hojas de diario para envolver la tazas y vasos que compraban los clientes, ayudo en ordenar los juegos de cubiertos que llegaron nuevos. El día se le hizo corto; cuando estaba listo para descolgar los fuentones vio que la mujer estaba en la vereda.
Ayer no vine, dijo ella. Estuvieron colgados igual que hoy?, preguntó. No, dijo el. Hoy los cambié. Están hermosos le dijo ella. Me voy al comprar el azul dijo ella y entró al negocio. Julio San Martin empezó a descolgarlos y a llevarlos al deposito. Cuando volvió ella ya no estaba. Termino ese día
Cuando estaba por empezar con su trabajo diario, al día siguiente, Juan Carlos le dijo que no colgara el azul porque lo había comprado una señora. Cerca del mediodía, Juan Carlos le dijo a Julio San Martín que tenia que llevar el fuentón azul a la casa de la cliente. Es aquí cerca, dijo Juan Carlos, en la calle Trole. Julio San Martín puso el fuentón en una bolsa especial para fuentones y se fue a entregarlo. Tocó el portero eléctrico, en el 2 B. Quién es, dijo una voz de mujer. Del Bazar Torga, para entregar un fuentón, contestó. Pase por favor, y subió. Cuando salió del ascensor la puerta del B estaba abierta. Se asomó y estaba ella, que lo miró y le dijo: te estaba esperando...



Julio San Martín, abril 1/2016

"La joven de la perla"




"La joven de la perla"

Muchacha con turbante también te llaman.
Vienes del otrora secreto arte barroco de los 
Países Bajos.


Johannes Vermeer es quien puso la luz
con ese fondo oscuro. Tu mirada cristalina
viene desde siglos buscando 
al hombre que te sigue.

Desde hoy, que te conozco y te sigo
tímidamente, veo otra vez la perla
que es mi vida,
cual foco de luz.

Julio San Martín, Bs. As. abril 17/2016.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Margarita Barrientos

"Margarita creció en una familia pobre y a los once años, cuando la madre murió y el padre abandonó a la familia, vino a Buenos Aires sola. Años después, cuando ella y su marido tenían 10 hijos y tenían problemas para mantener a su familia reciclando, vio que había niños en su propio barrio que pasaban hambre y a pesar de que la familia de ellas estaba pasando dificultades, inmediatamente invitó a esos chicos en su casa para darles de comer", describió Michelle Obama.

Tras alabar la tarea social de Los Piletones, Obama finalizó con una frase de la propia Barrientos: "No importa lo poco que uno tenga, siempre se puede dar algo". Todo lo que da Margarita con su trabajo, ya llegó hasta los Estados Unidos.

sábado, 5 de marzo de 2016

Despierta Tucumán, sin mi.



Vuelvo al ruedo de escribir. Entro de nuevo a la página en blanco y trato de desplazarme adentro de ella. Voy a utilizar mis mejores palabras para tener la ubicación exacta, en el tema, la introducción, el desarrollo y el final. Sé que lo voy a lograr, porque es lo que me gusta.
Dijo Julio San Martín el día de su partida de Tucumán: sé que viajo a la gran ciudad para iniciar una nueva vida, entonces debo prepararme para ella, pero no tengo mucho tiempo para eso, entonces, lo haré durante el viaje. En las dieciocho horas en el tren inicié mi entrenamiento para vivir en Buenos Aires.

Desde chico, armar oraciones con palabras que daba la señorita era un placer para mi. Si la palabra era "cerros", yo escribía en el cuaderno alto: "mis cerros azules me miran cuando camino hacia la escuela"; cuando la llave de la oración debía ser "patio", yo escribía: "si la campana no nos llama, el patio nos extraña".

Mi primera lección en el tren ha sido entrar en la conversación de tres muchachos que venían juntos y que compartían el asiento de primera conmigo. Yo iba para la ventanilla y a mi lado un muchacho que viajaba junto a otros dos que iban en el asiento de atrás. Ya con el tren devorando kilómetros en la tranquilidad de la tarde en tránsito por Santiago, mi vecino me dijo: ¿qué te parece si damos vuelta el asiento para jugar un truco con mis amigos? Si, como no, le dije y dimos vuelta el asiento.

Una vez, la señorita dijo que había que hacer una oración con la palabra "taciturno"; ahí el gusto por las oraciones se me fue hacia la intriga, porque yo no sabía que quería decir taciturno. Pero la audacia de mi tierna infancia, que tenía como pilares mis diarias aventuras jugando a combate en las zanjas de la calle Balcarce, me dio fuerzas y escribí: "cuando viajo me pongo taciturno".

Fiel a mis principios, en el viaje yo me sentía "taciturno"; pero el truco de cuatro que se estaba armando con los muchachos me gustó y empecé a jugar recordando mis noches de juego en la Antoniana, con el amigo Roberto Sandoval. Venga al pie, ni negra me juegue, hasta ahí póngale; envido, treinta y tres, falta envido, truco y quiero retruco. Así fue pasando la tarde hasta que la noche trajo la hora de comer.

Después de las oraciones,las redacciones han sido mi pasión. En la escuela escribí un relato sobre mi mamá que se iba a hacer las compras en el mercado y yo la esperaba en el caminito para ayudarle a traer las bolsas; escribí sobre el trabajo de mi papá en el taller; conté sueños míos, de mis hermanos y disfruté mucho cuando la redacción era tema libre.

Para llevar y comer en el viaje, mi mamá me había dado un pollo hervido. Lo tenía bien envuelto y yo iba pensando en qué momento lo comería. Después de jugar al truco, nos quedamos hablando de San Martín, Atlético, Boca y River. Uno de los changos dijo que lo único que tenían eran unos huevos duros y dos bollos. No se preocupen, les dije, yo tengo un pollo. Los tres me miraron como si yo fuera el Cristo de San Javier.

Para mi, el punto máximo de la redacción ha sido en el curso de ingreso a la facultad de Ciencias Económicas. Tucumán, tenía un sistema de ingreso que se llamaba el Tríptico, que consistía en cursar y aprobar tres materias, entre las cuales había una vinculada con Lenguaje o Castellano. Tuve la suerte de aprobar las dos primeras y debía dar el final de Lenguaje.

Uno de los changos dijo que en la próxima estación él se bajaría a comprar un vino. Esto se está poniendo lindo, dije, mientras pensaba si el pollo estaría trozado. Llegamos a Fernández y mi vecino de asiento se bajó del tren y en cuestión de minutos volvió con un tinto de un litro y una gaseosa. Los demás sacaron unos vasos y yo abrí el paquete del pollo; estaba espectacular, cortado en presas, los muchachos sacaron un bollo, una torta y tres huevos duros. Nos servimos vino con Coca y yo me sentía el maquinista, viajando feliz hacia el futuro.

El día del examen, viajamos muy temprano desde Tafí Viejo a la Ciudad en el auto de Nicolás Sanchez, íbamos los tres con el Pájaro Medina. La cursada era en una sede que estaba enfrente al parque 9 de julio. Cruzamos la ciudad cuando el día estaba dando sus primeros rayos de sol y los negocios del centro empezaban a abrirse; la gente caminaba apurada hacia sus trabajos por las calles estrechas; todo estaba despertando y empezando.

Después de muchas risas, anécdotas, recuerdos de goles y apretones de manos con aquellos amigos compañeros de viaje de los cuales nunca más supe nada, la noche envolvió el tren, el sueño empezó a acercarse y la luz de máquina alumbraba el camino de mi esperanza.

El profesor dijo, al comenzar el examen, que éste consistía en una redacción; que eligiéramos el tema y que él la evaluaría y ahí nomas tendríamos la nota. Concentré mi memoria en las mejores oraciones escritas por mi en la escuela Próspero; en los mejores relatos que leía en mi casa para mi familia; pensé en todo lo que había visto en el viaje hacia la facultad y encontré el título de mi redacción para el examen final: "Despierta Tucumán".

Cuando apoyé mi cabeza entre el asiento verde y la fría ventanilla, el sueño empezó a ganarme y dejé que mi mente hiciera también su sereno viaje hacia el descanso. La dejé relajarse y pensé, mañana despertaré quien sabe adonde; y Tucumán despertará sin mi.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Macedonio Fernández

1952 
Muere en Buenos Aires el escritor, poeta y autor de textos humorístico-filosóficos Macedonio Fernández, autor de "No toda es vigilia la de los ojos abiertos" y "Papeles de recienvenido", entre otras obras. Su magisterio verbal tuvo influencia en Jorge Luis Borges y otros escritores. Nació en Buenos Aires el 1º de junio de 1874, fecha que el propio autor rectifica o desmiente en textos diversos. 

Se apago la luz del mar

Ultima noche cerca del mar. Se apago la luz marina, donde duerme Alfonsina.

Julio San Martín
Mar del Plata 09/02/2016

Si supieran estos pinos

Si supieran estos pinos que yo los conozco desde chiquitos. Pase una vez camino a uno de mis paseos por la costa y vi que estaban siendo plantados. Iba yo con mi madre, ella los vio y me aviso. Ahora cuando paso por San Borombon miro a aquellos pinitos que divisara mi madre y los veo grandes,altos, fuertes y con el fresco verdor abrazando el viento. Hoy los mire en el rapido pasar del regreso y me di cuenta de que ellos saben que los conozco; sera por eso que todas sus copas juntas dibujaron una sonrisa.

Julio San Martín
Buenos Aires, 09/02/2016

domingo, 24 de enero de 2016

Las piedras marinas






Movimiento, firmeza y espuma;
sombra del amor; cielo azul,
vista infinita de mi alma;
mis amigos junto a las piedras marinas.

Julio San Martín
Mar del Plata, 24 de enero de 2016

Oliverio Girondo

1967 
Muere en Buenos Aires el poeta Oliverio Girondo, autor de "Calcomanías", "Espantapájaros", "Interlunio", "Persuasión de los días" y "En la masmédula", entre otras obras. Practicó una poesía de gran fuerza y novedad. Participó en el movimiento del periódico literario "Martín Fierro" (1926-1927). Nació en Buenos Aires el 17 de agosto de 1891.

Boca descontrolado. ¿Boca descontrolado?





Terminó el primer partido del año frente a River y Boca obtiene su segunda derrota desde que empezó el 2016. Hace unos días Racing Club le hizo 4 goles y hoy el segundo del último Mundial de Clubes le ganó 1 a 0. Es decir, que a Boca le hicieron 5 goles en 2 partidos. Muy mala ha sido la performance de un equipo que pretende ser el protagonista del cargado año futbolero que se viene.

En el partido con Racing había fracasado la dupla centra de defensores lo que hizo que rápidamente el técnico hiciera saber a la dirigencia que necesita urgentes refuerzos en ese sector. En el partido de esta noche ha fracasado el equipo entero y también el técnico. No puede entenderse el accionar nervioso de Boca que a los 10 minutos del partido ya había quedado con 10 hombres.

Ahora se dice que Boca estuvo descontrolado por las expulsiones. Yo creo que, independientemente de los errores del árbitro, el equipo estuvo fuera de control del técnico, porque éste no supo marcar qué es lo que tenía que hacer Boca dentro del campo de juego. No se sabe, o por lo menos, yo no lo sé, a qué salió a jugar Boca esta noche.

Una sola cosa me queda claro: que otra vez fuimos derrotados por River y que no pudimos hacer nada para ganar; estuvimos lejos del juego o, mejor dicho, nada cerca del fútbol.

Julio San Martín

Mar del Plata, 23 de enero de 2016

miércoles, 20 de enero de 2016

Con Pata Martínez


Después de muchos años sin vernos, hoy nos volvimos a encontrar con mi amiga. Después de muchos recuerdos que vinieron a nuestra reunión he sabido que el tiempo no ha pasado; y que por más que el tiempo se vaya con cada día, aquella esencia de luz de amistad creada en Tafí Viejo sigue siempre allí encendida.

El Perito Moreno

En 1876 el perito, geógrafo, antropólogo y naturalista Francisco Pascasio Moreno fue el primer hombre blanco en llegar al lago Nahuel Huapi o "Isla del tigre" en araucano. Sus peritajes en los límites argentino-chileno ganaron grandes extensiones para la soberanía argentina.

martes, 19 de enero de 2016

La ciudad y el descanso


Qué hago?, me quedo en la ciudad o me voy a la pileta de Waikiki?
Hago las dos cosas; hasta que lleguen mis vacaciones estaré en medio del calor capitalino, de la ciudad que no descansa y entre las sombras que dan un leve respiro. Pero después, la pileta de Waikiki me tendrá a su lado, aprovecharé el fresco del azul marino; el aire de mar me dará la energía para volver.

Los amigos de Tupperware



A veinte años de no trabajar más juntos, nos encontramos con amigos de Tupperware. Siempre lindas salen estas reuniones por lo divertido de los recuerdos.

Reyes 2016

Llegaron los Reyes Magos.
Año del Bicentenario

El 9 de julio de 2016 se conmemora el Bicentenario de la Independencia de la República Argentina, hecho trascendente que ha pasado inadvertido hasta ahora. Hoy que es 4 de enero de 2016, el primer día hábil del Año de Bicentenario, tenemos que empezar a prepararnos para el magno acontecimiento.

En esta nación no tan unida que estamos viviendo, tendremos que buscar un camino para la celebración que resalte el acervo histórico del país con sus buenas tradiciones.

A partir del festejo estará en juego nada más y nada menos que el futuro de Argentina en su tercer siglo de vida. Con semejante desafío, empecemos ahora mismo a hacer el país que queremos.