Tafí Viejo, 30 de septiembre de 2012
Julio siempre recuerda que yo le decía a Tito que me
escribiera las cartas porque a él le gustaba mucho hacerlo, no tenía más que
decirle que lo quería contar a quien le escribía y él, en un ratito, las redactaba
y me las leía.
Antes que nada, les manda un saludo para todas. Dice que le hubiera gustado estar aquí, pero como era sólo para mujeres, al mejor estilo taficeño, nos saluda desde lejos. Dice también que ha sido una buena idea el hecho de compartir esta reunión con todas ustedes, porque estando en la avenida que tanto queremos todos, mostramos un símbolo de unión permanente, como lo es nuestro lazo familiar y también de amistad.
Este lugar, la avenida, es para Julio el lugar del mundo. Siempre me dice que se lamenta no haberme visto cuando yo vendía entradas en el cine Alberdi; será por eso tal vez que la avenida le trae todo tipo de sueños y de imágenes que lo fortalecen cada día.
También cruzábamos estas calles de regreso del mercado, cuando él me ayudaba a llevar las bolsas; o caminábamos por la avenida con Tito, la Alicia, Ricardo, José Carlos y él, cuando íbamos a las kermeses de San Antonio.
Todos esos recuerdos me vienen ahora a la mente y celebro
que así sea porque nosotros formamos parte de una vida en Tafí Viejo, que ha
sido muy rica en estos valores.
Entonces, tomar un té juntas, reunirnos después de
tanto tiempo y celebrar mi cumpleaños en mi ciudad, es una inmensa alegría; es también,
un aporte de felicidad para toda nuestra familia y sobre todo, es un orgullo
que este claro cielo de Tafí nos guíe, como siempre lo ha hecho, por el mejor
camino de la unión.
En mi nombre, y en el de todos los que la queremos
tanto, feliz cumpleaños, mamá.
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