En febrero de 1995 estuve en Isla Negra, una de las casas de Pablo Neruda en Chile. Ha sido un placer tan grande que siento que ése ha sido uno de mis mejores viajes. Desde que tomé contacto con la poesía de Neruda, soñé con conocer Chile. Lo logré, lo hice; estuve en esa tierra del gran poeta, frente a su océano y, mejor aún, en su casa. En aquel verano realicé una esperanza que tenía en mi alma; estar cerca de las letras del gran Don Pablo me abrió el corazón y la mente hacia el bello decir de sus odas.
Hoy celebro la llegada del verano con su Oda. Feliz verano para todos, amigos.
Oda al verano
Verano, violín rojo,
nube clara,
un zumbido
de sierra
o de cigarra
te precede,
el cielo
abovedado,
liso, luciente como
un ojo,
y bajo su mirada,
verano,
pez del cielo
infinito,
élitro lisonjero,
perezoso
letargo
barriguita
de abeja,
sol endiablado,
sol terrible y paterno,
sudoroso
como un buey trabajando,
sol seco
en la cabeza
como un inesperado
garrotoazo,
sol de la sed
andando
por la arena,
verano,
mar desierto,
el minero
de azufre
se llena
se llena
de sudor amarillo,
el aviador
recorre
rayo a rayo
el sol celeste,
sudor
negro
resbala
de la frente
a los ojos
en la mina
de Lota,
el minero
se restriega
la frente
negra,
arden
las sementeras,
cruje
el trigo,
insectos
azules
buscan
sombra,
tocan
la frescura,
sumergen
la cabeza
en un diamante.
Oh verano
abundante,
carro
de
manzanas
maduras,
boca
de fresa
en la verdura, labios
de ciruela salvaje,
caminos
de suave polvo
encima del polvo,
mediodía,
tambor
de cobre rojo,
y en la tarde
descansa
el fuego,
el aire
hace bailar
el trébol, entra
en la usina desierta,
sube
una estrella
fresca
por el cielo
sombrío,
crepita
sin quemarse
la noche
del verano.
Ode to summer
Summer, red violin,
clear cloud,
the hum
of a saw mer
or cicadas
announce your arrival.
The heavens
arch
to a smoothness,
lucent
as an eye,
and below your gaze,
summer, you are
an infinite sky-fish,
shameless messenger
of praise,
lazy,
sleepy-eyed one,
little bee belly,
mischievous
sun,
terrible paternal sun,
sweaty as a toiling ox,
and the scorchiing sun
in one's head
is like a
sudden blow,
sun of thirst
crossing the sand,
summer,
desert sea.
The sulfur
miner
drips
yellow sweat,
the aviator
maps,
ray by ray,
the celestial sun,
darkened
sweat
slips
down a forehead
into the eyes;
at Lota,
the miner
scrubs
his blackened
forehead.
Seed beds
burn,
wheat
rustles,
blue insects
seek
shade,
touch
refreshment,
dive
headlong
into diamonds.
Oh lush
Summer,
ripe
apple
cart,
verdant
strawberry
mouth,
lips of wild plum,
roads
of tender
dust on dust,
midday
coppery red drum.
In the afternoon,
fire
rests,
air
makes clover
dance; it enters
the deserted factory:
a fresh star
rises
in
the cloudy sky.
A summer night
sizzles
without
burning.
Translated by
Maria Jacketti
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