Mañana
a las ocho
Te
espero en la avenida y la Balcarce
– le
dice un esperanzado del amor a su amiga.
Y ese
encuentro será para el futuro
El
punto de partida de unas vidas juntas
O, por lo menos, de un azaroso tiempo
Que el
devenir de la vida
Les
hará encontrar el milagro del amor.
El
final está empezando
A subir
el cerro.
Aquel
que domina con su verde vista
Todo el
recorrido de la calle
Que
está a sus pies.
Nosotros
no sabemos
Todo lo
que el cerro sabe,
Porque
lo ve desde arriba;
Pero él
no sabe todo lo que
Nosotros
sabemos, porque nosotros
Pisamos
esa calle del tiempo, la vida y el amor.
Allí
donde el pueblo
Empieza
a hacerse nube,
Termina
mi avenida.
Fotografía: Gustavo Lobo
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