domingo, 24 de julio de 2022

Jorge Luis Borges: La rosa

 








A Judith Machado


La rosa,
la inmarcesible rosa que no canto,
la que es peso y fragancia,
la del negro jardín en la alta noche,
la de cualquier jardín y cualquier tarde,
la rosa que resurge de la tenue
ceniza por el arte de la alquimia,
la rosa de los persas y de Ariosto,
la que siempre está sola,
la que siempre es la rosa de las rosas,
la joven flor platónica,
la ardiente y ciega rosa que no canto,
la rosa inalcanzable.



En Fervor de Buenos Aires (1923)
Foto: Jorge Luis Borges por Pepe Fernández
Publicada en el suplemento Borges por Borges
Diario La Nación, Buenos Aires, 11 de agosto de 1999

El libro de los seres imaginarios - Jorge Luis Borges


 A BAO A QU 



Para contemplar el paisaje más maravilloso del mundo, hay que llegar al último piso de la Torre de la Victoria, en Chitor. Hay ahí una terraza circular que permite dominar todo el horizonte. Una escalera de caracol lleva a la terraza, pero sólo se atreven a subir los no creyentes de la fábula, que dice así: 

«En la escalera de la Torre de la Victoria, habita desde el principio del tiempo el A Bao A Qu, sensible a los valores de las almas humanas. Vive en estado letárgico, en el primer escalón, y sólo goza de vida consciente cuando alguien sube la escalera. La vibración de la persona que se acerca le infunde vida, y una luz interior se insinúa en él. Al mismo tiempo, su cuerpo y su piel casi translúcida empiezan a moverse. Cuando alguien asciende la escalera, el A Bao A Qu se coloca casi en los talones del visitante y sube prendiéndose del borde de los escalones curvos y gastados por los pies de generaciones de peregrinos. En cada escalón se intensifica su color. Su forma se perfecciona y la luz que irradia es cada vez más brillante. Testimonio de su sensibilidad es el hecho que él sólo logra su forma perfecta en el último escalón, cuando el que sube es un ser evolucionado espiritualmente. De no ser así, el A Bao A Qu queda como paralizado antes de llegar, su cuerpo incompleto, su color indefinido y la luz vacilante. El A Bao A Qu sufre cuando no puede formarse totalmente y su queja es un rumor apenas perceptible, semejante al roce de la seda. Pero cuando el hombre o la mujer que lo reviven están llenos de pureza, el A Bao A Qu puede llegar al último escalón, ya completamente formado e irradiando una viva luz azul. Su vuelta a la vida es muy breve, pues al bajar el peregrino, el A Bao A Qu rueda y cae hasta el escalón inicial, donde ya apagado y semejante a una lámina de contornos vagos, espera al próximo visitante. Sólo es posible verlo bien cuando llega a la mitad de la escalera, donde las prolongaciones de su cuerpo, que a manera de bracitos lo ayudan a subir, se definen con claridad. Hay quien dice que mira con todo el cuerpo y que al tacto recuerda la piel del durazno.» 

En el curso de los siglos, el A Bao A Qu ha llegado una sola vez a la perfección. El capitán Burton registra la leyenda del A Bao A Qu en una de las notas de su versión de las Mil y Una Noches.

Café Literario del 25 de julio de 2022


 

Jorge Luis Borges: La cierva blanca


 Jorge Luis Borges: La cierva blanca

¿De qué agreste balada de la verde Inglaterra,
de qué lámina persa, de que región arcana
de las noches y días que nuestro ayer encierra,
vino la cierva blanca que soñé esta mañana?
Duraría un segundo. La vi cruzar el prado
y perderse en el oro de una tarde ilusoria,
leve criatura hecha de un poco de memoria
y de un poco de olvido, cierva de un solo lado.
Los númenes que rigen este curioso mundo
me dejaron soñarte, pero no ser tu dueño;
tal vez en un recodo del porvenir profundo
te encontraré de nuevo, cierva blanca de un sueño.
Yo también soy un sueño fugitivo que dura
unos días más que el sueño del prado y la blancura.
Nota: Versión corregida de los últimos dos versos (en 1976)
Yo también soy un sueño lúcido que perdura
Un tiempo más que el sueño del prado y la blancura.
En La rosa profunda (1975)
Luego Libro de sueños (1976)
Foto: Sara Facio, Festival de la Luz 2012 en Buenos Aires
intervenida por Isaías Garde

 Calidad a esta Altura (poema)

Hoy es el día de la caminata,
es el mes de julio y estamos en 2018.
Aquí nos encontramos, enfrente al
Rosedal y caminamos hacia allá,
si alguien viene más tarde,
camina en el otro sentido y nos encuentra.
Aquí voy con este grupo que hoy
he conocido, ellos hablan, yo escucho.
Me cuentan del tercer tiempo y
ahora estamos en el bar, con un
café, hay una charla que parece que
viene de hace mucho, pero que es de hoy.
Todos los nombres vienen a mi y
voy conociendo a la gente. Hay una
carrera y allá vamos, participamos
de los tres kilómetros y otro café
nos reúne. Hay un viaje al Jardín
de la República y allá compartimos
paisaje, alegría y nuevos planes.
Llega la peste tan temida y nos
alejamos, nos vemos con la tecnología,
compartimos vivencias tristes, alegrías por las
recuperaciones y, cuando ese mal
empieza a irse, volvemos a la caminata,
la gimnasia con nueva profesora
y el tercer tiempo de siempre,
ya viéndonos en vivo otra vez.
Ahora es hoy,
Al cabo de cuatro años, seguimos,
con los pasos firmes del caminar,
con el chocolate, los pastelitos, los
churros, la emoción del himno
nacional y más proyectos.
Siempre con el mismo fin: de llevar
adelante la vida con calidad.
Amigos de Aerobismo, de los
esperados sábados, de las
mañanas soleadas de verano y de
las tardes grises de invierno.
Con sol alto, con las nubes bajas,
cual espejo del cielo,
nuestra amistad se celebra cada día.
¡Igual que la vida!
Julio San Martín, 23 de julio de 2022, en CABA
Puede ser una imagen de 9 personas, árbol, hierba y parque
Salvador González, Carlos Alberto Gonzalez y 7 personas más
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Amigos de cerca y lejos (poema)

I.
Nos vemos desde chicos en Tafí Viejo,
en la escuela Próspero Mena, turno tarde.
Escuchamos la campana de Luisa y las voces de
las maestras que iluminaron nuestros caminos.
Hemos caminado juntos por la
avenida para la estación y para el cerro.
En días de junio fuimos a la plaza
a honrar a San Antonio.
Cuando los carnavales de la siesta
de Villa Mitre nos llamaban, allá estábamos.
Jugamos a la pelota en la canchita
de la Balcarce y Reconquista, saltamos
el chorro del camión regador.
¡Qué cerca estuvimos!
Junto a las cosas simples de la vida,
de las cuales yo nunca me despido, y sé
que mis amigos tampoco lo hacen.
II.
Más tarde en la vida, los veo allá a lo lejos,
somos hombres y mujeres del tiempo que
ha transcurrido como la luz hacia el cerro.
Allí se han ido aquellos días nuestros.
Esa distancia se acorta con nuestra amistad, sabemos
de los caminos que nos unen, tenemos los puentes
bien hechos, para cruzarlos cuando sea.
Porque sabemos que cualquier cielo
que nos vea, sabrá que cerca o lejos nuestras
almas están juntas.
Ése es el valor que hemos creado:
la unión, el encuentro y la hombría.
Nada de lejanía, para nosotros,
nuestros corazones amigos
son el símbolo más alto de la cercanía,
eso es, a Dios gracias,
la amistad de cerca y lejos.
Julio San Martín, 20 de julio de 2022, en CABA.
Puede ser una imagen de al aire libre
Salvador González, Niko Lezcano y 8 personas más
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