sábado, 12 de agosto de 2017

Uniendo historietas - 6 - Victorinox y Cocus






Para referirse a los dúos, Julio San Martín siempre pensaba en Cástor y Pólux, aquellos célebres personajes de la mitología griega que tuvieron sus andanzas con su padre, Zeus, su madre Leda, y sus hermanas Helena y Clitemnestra; uno de ellos Cástor, sujeto al destino de los mortales y el otro, Pólux, que disfrutó de la condición divina.

En el caso de Victorinox y Cocus, tal vez en algún tangencial punto se parecían a Cástor y Pólux, o a Pólux y Cástor, vaya uno a saber en qué. El hecho es que estos dos muchachos se acercaron a Julio San Martín en la empresa de camiones de Pompeya y lo hicieron formar parte de su juventud integrándolo a participar de salidas a almorzar en horario de trabajo, en partidos de fútbol tanto internos como externos y en after hours por la zona de San Juan y Boedo.

Veamos cómo fueron estas situaciones:

1 - Julio San Martín Director Técnico

Estando Julio San Martín trabajando en su oficina triangular, entró Cocus con otro chico y le preguntó si le gustaba el fútbol, porque estaban armando un equipo. Cómo habrán sabido estos chicos, pensó Julio San Martín de mis gambetas como wing derecho de Villa Mitre en Tafí Viejo; si bien tengo cuarenta y ocho años, todavía me siguen viendo condiciones, siguió pensando. Es porque necesitamos un director técnico dijo Cocus. Ah, dijo  Julio San Martín borrando todos sus pensamientos y de una aceptó el cargo.

Como era el primer partido, el director técnico paró en la cancha al equipo que ya venía jugando; solo llevó a Victorinox al banco de suplentes. Empezó mal el equipo y terminó perdiendo el primer tiempo; entonces Julio San Martín dio una memorable charla técnica en el entretiempo y el equipo salió a comerse al rival, además puso a Victorinox de defensor en lugar de Marcellus que no la estaba viendo. En la charla, Julio San Martín le dijo a Cocus que estaba bien lo que hacía, pero que se abriera más a la derecha para salir jugando. Miró a Leandris y le dijo que se le acercara un poquito más al siete de ellos porque arrancaba solo; al arquero Denis le dijo que tratara de entregar mejor la pelota al ras del piso y, por último le dijo a Nico de Cobranzas: vos Nico estás corriendo de un lado a otro y no estás haciendo nada, Nico lo miró como diciendo y este quién es para decirme eso! A partir de ese día, la carrera de Nico cambió rotundamente y quedó listo para jugar en primera.

2 - Conociendo La tacita de Boedo.

Cocus y Victorinox organizaron una salida a almorzar juntos con Julio San Martín y se fueron en colectivo a La Tacita de Boedo. Cocus conocía el lugar y los otros dos no. Estuvo buena la salida porque compartieron una linda charla muy abierta de todos los temas y así fueron integrándose mejor fuera del ámbito donde siempre se veían, o sea en las frías oficinas de la empresa de camiones. Pero el detalle estuvo cuando salieron, porque fueron a tomar el 128 para volver; estando en la parada, vino el 75, que paró unos metros más allá. Ese también va! gritó Cocus y salió corriendo a agarrarlo, Victorinox hizo lo mismo y Julio San Martín, que no tenía el estado físico de Cástor y Polux se quedó mirando como ellos se iban en el otro colectivo.

3 - Señores dejo todo, me voy a ver al Santo. 

Con Victorinox, Julio San Martín fueron a la cancha de Huracán a ver el partido de San Martín de Tucumán contra el local, cuando el Santo tucumano estaba en la A. Previo a la entrada, a Victorinox lo eligieron para un control de alcoholemia, zafó y entraron a la cancha. Así él conoció la hinchada tucumana porque compartieron la tribuna, lástima que el Globo metió un gol sobre el final y San Martín se volvió triste a Tucumán y Julio San Martín, triste a su casa.

Julio San Martín invitó a Cocus a ver a San Martín contra Racing en Avellaneda. En aquella época, en primera división, podían ir a la cancha los visitantes. Allí estuvieron entonces en la popular del Santo, en la tribuna donde pasan cosas, al decir de Caparrós. Y pasaron muchas cosas, porque Turdó hizo el primero justo en el arco donde estaban Cocus y Julio San Martín. Después empató Racing, pero al final el Pescadito Urbano le dio los tres puntos a San Martín; así, Cocus se hizo un integrante mas de la Banda del Camión y sintió la emoción tucumana de la victoria.

Estas dos idas a la cancha junto a los muchachos de la empresa de camiones ayudaron a Julio San Martin a mostrarles a ellos el fervor de la tribuna del Santo. Quiso poner de manifiesto de ese modo que era real todo lo que les había contado en las charlas futboleras de los pasillos o de los paréntesis en las oficinas. 

4 - Sidra en Margot.

Se habían propuesto los tres salir algún viernes a tomar algo después de la oficina. Victorinox, Cocus y Julio San Martín fueron una tarde a tomar sidra tirada en el bar Margot, de la avenida Boedo. Allí donde el corso pone su escenario, justo en esa esquina, los tres se sentaron a la mesa que da a la ventana y le dieron fuerte a la sidra fresquita.

Esa vez quedaron atrás las charlas de siempre y vinieron nuevos temas a la mesa, como las mujeres y los sueños. Se dice que la sidra de Margot es especialista en esos temas y los tres confirmaron ese mito. Cuenta una leyenda de Almagro que muchas mujeres recorren en sueños, por las noches, el pasaje San Ignacio. Dicen que el viento las lleva entre los árboles y que cuando las ventanas de Margot están abiertas, entran y se enredan con los sueños de los parroquianos que se deleitan con la sidra. Si los sueños, las mujeres y los muchachos de bar entran en su magia, se sientan con ellos y comienzan un vinculo que vuela ansioso hacia las estrellas.

Ese vínculo de Victorinox, Cocus y Julio San Martín duró poco tiempo, pero fue bueno. Corría el segundo quinquenio de los años 2000 donde ocurrieron estos hechos. Después vinieron cosas que dejaron atrás aquellas salidas y la distancia se fue haciendo dueña de la relación; no importa que haya sido así, porque los instantes vividos en armonía fueron buenos y esos son los que se recuerdan para siempre.


Julio San Martín
CABA, 12 de agosto de 2017






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