martes, 15 de octubre de 2013

El hijo del correctivo




 

Hay una anécdota de Roberto Arlt donde el notable escritor decía que su padre nunca lo había retado y, mucho menos, pegado.  Entonces, él escuchaba lo que decían otros chicos de su edad en cuanto al trato que les daban sus padres y a los golpes que de vez en cuando recibían. Es decir, los demás integrantes de esa sociedad a la que pertenecían el niño Arlt y sus amigos, recibían correctivos inmediatos luego de haberse mandado alguna.
No se sabe si aquellos correctivos, que tal vez en alguna de sus Aguasfuertes habían estado presentes, habrían sido exitosos o hubieran alcanzado el fin para el cual habrían sido impuestos. Tampoco se sabe si los juzgadores padres de los chicos reprimidos estarían más tranquilos después de eso o que todo hubiera seguido igual.
Lo que sí se sabe es que la anécdota de Arlt no ha terminado aún. Resulta que una vez, siendo niño el autor de Amor Brujo, hizo algo que no debía y su padre se enojó. Nunca lo había visto así a su padre, enojado y al borde del enmendador, que eventualmente podía ser un chirlo, una penitencia o un castigo.
El padre lo sentó enfrente a él y le dijo: “mañana te voy a pegar”. El niño sintió que un frío le corría por la espalda, creyó que la tierra se abría bajo sus pies; imaginó la larga noche previa a lo que iba a recibir. La ansiedad lo hizo sufrir tanto que empezó a llorar a cuenta.
Arlt relató hasta ahí la anécdota; yo creo que no es necesario saber qué pasó después. Eso ya es (o ha sido) cosa de padre e hijo.
Traigo al relato esta intriga  porque lo que ha sucedido entre Cabandié, un diputado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y una ex agente de tránsito del municipio de Lomas de Zamora, donde él ha hecho gala de todo un menú de cómo ser un mal bicho, “chapeador”, mentiroso, entregador, buchón y garca (faltaría decirle el Rey de los Putos, como dijo el personaje de la película Un Oso Rojo) y ella hoy en día es una desempleada porque quiso hacer las cosas como correspondía, bien podría ser objeto de una frase tal como la dijera el padre de Arlt.
Nosotros, los que vamos a votar el 27 de octubre, deberíamos decirle hoy a Cabandié, “el día de las elecciones te vamos a pegar”.





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